Rolando Vera. Ex atleta ecuatoriano
Siempre me sentí una persona libre. Primero por mi raza. Cuando competía en el extranjero me sentía seguro por el hecho de saberme ecuatoriano.
Eso me hacía sentir más grande de lo que era. Yo apenas mido 1,60 metros. Pero el tener esa seguridad de representar a un país y la convicción de tener un estado físico óptimo me hacía sentir mucho más grande que el resto de gente.
Claro, siempre respeté a mis contendores. Pero sentía que era el mejor por el hecho de ser ecuatoriano. No importaba si mis contrincantes eran estadounidenses, alemanes, rusos, chinos, japoneses o africanos, porque me sentía en ventaja sobre el resto. Llegué a sentir eso por la libertad que tuve para dedicarme al atletismo.
La libertad es todo. Es parte fundamental de la vida humana. Con la libertad se puede pensar, hablar, expresar sin temores y discernir entre lo bueno y lo malo.
He sido una persona bendecida. También, una persona libre. Por eso me siento satisfecho de todo lo que pude hacer por mi país.