¿Qué tan valioso es que exista libertad de expresión, por ejemplo en el aula de clase de una escuela?
La libertad de expresión es inherente al ser humano, que necesita decir lo que siente y piensa, aunque eso vaya en contra de lo que crea la autoridad. En el aula de clase se requiere libertad para el alumno, para que pueda decir: “profesora, no entiendo el método de enseñanza”. Hay que saber escuchar. Aunque el otro no piense igual a uno hay que respetarlo.
Como formadora, ¿usted considera que la ética se aprende o se norma a través de leyes y reglamentos?
Ética es decir la verdad, actuar así. Valoro al periodista de campo, que va en busca de ella. La ética es fruto de la formación del hogar, pero también hacen falta normas que garanticen que se trabaje éticamente, pero que no atenten contra la posibilidad de emitir informaciones.
¿Cabe una ley de Comunicación? ¿Es necesaria?
En el país se necesita una nueva Ley de Comunicación, que garantice la libertad de expresión y el libre pensamiento. En este sistema se siente el sello de los dueños de las grandes empresas. Pero también en esta etapa hemos visto que el Gobierno ejerce un control sobre los medios que debieran ser utilizados por los ecuatorianos.
La UNE cuenta con espacios contratados en las radios y en los canales de televisión. ¿Por qué y para qué?
Le damos gran importancia a la política comunicacional, tenemos 53 programas radiales en provincias y uno nacional, los sábados, de 07:00 a 08:00, por Sonorama. Y tres de televisión en Guayas, Pichincha y uno nacional en Canal Uno. No solo llaman quienes coinciden con nosotros. Durante el paro, los enemigos gratuitos del magisterio se comunicaban y decían: “No estamos de acuerdo con la medida, vayan a evaluarse, mediocres”. Tomamos lo positivo de las críticas y las observaciones.
¿No tienen suficiente cobertura en los medios?
Realmente en el país, cuando los sectores sociales y populares hemos sido atacados, no nos han dado el mismo espacio. El 27 de mayo, en la época de la evaluación a los maestros, en los medios llamados públicos – que son en realidad gubernamentales- se transmitieron dos horas de la concentración que realizó en Guayaquil el presidente Rafael Correa contra nosotros.
¿Y el gremio pudo dar su punto de vista?
No, luego no tuvimos la oportunidad de ejercer el derecho a entregar nuestra verdad en el mismo espacio y tiempo. Por eso, esta nueva Ley de Comunicación nos brinda un espacio, para democratizar a los medios de comunicación, tanto privados como públicos.
El sindicato ha paralizado las clases, ¿cómo han tratado el tema los medios de comunicación?
En el último paro (entre septiembre y octubre pasados), los medios privados nos entrevistaron sobre las razones de la medida. Hubo una actitud amplia y democrática para generar la información desde los actores de la acción. Eso es importante.
Pero han criticado que se hable de las malas notas que han sacado en las pruebas para acceder al magisterio y en las evaluaciones…
Creo que no se deben tener las cosas escondidas, de las críticas e incluso de la confusión creada tomamos lo positivo. La gente conoció lo que pasaba, pudieron pensar que era una pelea entre la Presidenta de la UNE y el Ministro de Educación, y no fue así.
En el paro de la UNE y de los indígenas, tras la muerte del profesor Wizuma, se acusó a la radio La Voz de Arutam de incitar a la violencia. ¿Hubo mal manejo de la información en la radio?
Condenamos la actitud del Gobierno al intentar cerrar radio Arutam y el cierre temporal de Teleamazonas. Arutam hizo que sus comunidades conozcan lo que ocurría. Mientras, los sábados hay un monólogo de Rafael Correa, se da el lujo de decir que tiene la verdad comprada desde su óptica. Si todos tuviéramos ese espacio sería diferente.
¿Ustedes no tienen el espacio para expresarse?
Los sectores sociales y populares tenemos derecho a que el Estado nos garantice esos medios y hoy no es así. Por los espacios en medios privados invertimos unos USD 14 000 al mes, el 50% del presupuesto al año. Aparte, tenemos el periódico El Educador, que publicamos bimestralmente. Son 50 000 ejemplares.
¿Por la inversión se evidencia que mantener informados a sus socios es clave?
Somos 114 000 maestros afiliados y creemos que uno desinformado es una bomba de tiempo. La semana pasada, en media hora en el programa de TV recibimos 600 mensajes de texto al celular, denuncias. Sin embargo, el mejor instrumento es el contacto directo en las escuelas.