Impresionado por la exagerada cobertura que le han dado algunos “medios” acerca del proyecto de Ley de Comunicación, a la que de una forma premeditada y hasta desproporcionada se le adjetiva como “Ley Mordaza”.
Parecerían muy preocupados por la defensa de la palabra de los obreros, la vecina que vende morocho y el guardia, el profesor de primaria y el futbolista se han colocado la armadura y emprendido la cruzada de la libertad de expresión.
Acongojados nos dicen que ya no vamos a tener espacio a opinar los ciudadanos (yo incluido), que se nos coartará la posibilidad de emitir criterios, no tendremos derecho a discrepar, etc.
Me hago una pregunta y muy elemental: ¿acaso los ciudadanos concedemos entrevistas, exigimos revocatorias, cuestionamos proyectos políticos o defendemos intereses del poder económico social o político o somos voceros de la banca?
¿No les parece que se repite el libreto como ocurrió en su momento con la Ley Minera, la Ley de Tránsito, la Ley de Educación Superior?
Parece que algunos grupos quieren que esto cambie sin cambiar nada. Democracia para ellos no es lo mismo que democracia para todos.
Es necesario no solo ver la punta del iceberg: en el fondo, cuando hay que desprestigiar y mantener los privilegios todo vale.