Oswaldo Orcés Salvador
Desde que el hombre está en el planeta se ha comunicado, desde el vientre materno. Esta cualidad no solo de los seres humanos, sino de todo ser vivo, ¿debería ser normada?
Comunicarse es tan natural como respirar, comer o dormir; es decir, esencia de la vida. El proyecto de Ley de Comunicación debería llamarse Ley de Medios, ya que su contenido va por allí.
Si bien es cierto los medios deben realizar una seria meditación sobre los grandes errores cometidos, y hacer un formal y público compromiso de cambio, también es cierto que la sociedad no podría desarrollarse sin la existencia de medios independientes.
Es positivo que el proyecto de ley parta de un nuevo texto, como lo ha decidido la Asamblea, y se lo debata en todos los foros y sin apresuramientos.
Si ya existen normas explícitas que sancionan el mal uso de la información, lo que faltaría son otros aspectos como la profesionalización, el uso de frecuencias para evitar los monopolios, el espacio para la producción nacional, aumento de espacios culturales; en fin, temas posibles, prudentes de hacerlo.
Lo imposible es normar a la comunicación como tal, que es como crear leyes para respirar, dormir o comer.