Un peluquero de Rejovot inventó una kipá hecha de cabello humano o sintético imposible de distinguir sobre la cabeza del usuario. Foto: AFP
Shalom Koresh coloca su invención sobre el cráneo de un joven israelí: con su kipá hecha de cabello humano, imposible de distinguir sobre la cabeza, su cliente puede manifestar su creencia religiosa sin miedo a sufrir una agresión antisemita.
La idea le vino hace seis meses a este peluquero de Rejovot (centro de Israel) cuando, tijera en mano, conversaba con uno de sus clientes. “Quienes han viajado a Europa me habían explicado que el antisemitismo está aumentando allí. Así que me dije: ¿Por qué no una kipá que se funda con el cabello?”.
En Francia, donde los judíos tienen la comunidad más numerosa de toda Europa, muchos dicen temer pasear por la calle con este gorro tradicional con la que los hombres judíos manifiestan su reverencia profunda a Dios.
Para sus correligionarios inquietos, Shalom Koresh, judío israelí de 48 años, ha creado la llamada “kipá mágica”, un círculo de varios centímetros de diámetros con apariencia de una pequeña peluca en cabello natural o sintético. El espesor y el color dependerá del cliente.
Pero este emprendedor no tiene por objetivo el mercado interior, donde el antisemitismo no es un gran problema. “La mayoría de los pedidos llegan de Francia y Bélgica”, explica.
En Francia, el número de actos antisemitas se duplicó en 2014 respecto a 2013 este país, con un aumento del 130% de los actos con violencia física, según el Consejo representativo de instituciones judías francesas (CRIF).
“Desde lo ocurrido en París, recibo más e-mails con pedidos. Ha habido un poco de ruido mediático, así que eso ayudará a aumentar las ventas”, espera Koresh, aludiendo al ataque contra una tienda kosher en la capital francesa el pasado 9 de enero, en el que cuatro judíos fueron asesinados por un yihadista.
Koresh se hace el misterioso sobre su volumen de negocio. “Es un secreto, como las kipás”, afirma con cierta malicia.
Frente a los 5 euros (USD 5,65)que cuesta el modelo ordinario, la “magia” hace ascender precio de venta a 49 euros (USD 559, en el caso de estar hecho con cabello sintético y 70 (USD 79), si son de cabello natural.
Más allá de su exorbitante precio, algunos encuentran otras razones contra la kipá mágica: “la diferencia debe ser evidente a ojos de los demás”, opina Gideon Aran, profesor de la universidad hebrea de Jerusalén.
Aran apela al carácter social de la kipá. “No hay ninguna regla en la Torá que fuerce a los judíos a cubrirse la cabeza”, explica. Algunos llevan gorras para ser menos visibles; otros optan por no ocultarlo.
“Es una especie de costumbre que se ha convertido en una obligación a lo largo de las generaciones, sobre todo desde la emergencia de la ortodoxia judía que forma parte de la modernización del judaísmo y remonta a unos 200 años”, explica.
Pero el peluquero de Rejovot ha tocado el palo correcto, reconoce Tamar El Or, que otro profesor de la Universidad hebrea. “Evidentemente ahí hay un nicho de mercado”, admite, aunque “no creo que se haga millonario con ello”.