La meta para este año es sustituir un 25% de productos importados. Se lograría el 12%. Los rompecabezas de la firma Didakteca, que se producen en Quito hace 20 años, llegan desde hace cuatro meses a las mayores cadenas de autoservicio: La Favorita (Supermaxi) y El Rosado (Mi Comisariato).
La empresa empleaba ocho trabajadores hasta el 2013 y espera cerrar este año con 11 empleados. Además, calcula producir unos 200 000 rompecabezas hasta diciembre, un 50% más de lo que produjo el año pasado, cuenta Bolívar Rivera, propietario de la empresa.
Rivera es una de las 298 personas que trabajan en la producción de juguetes, de acuerdo con el Censo Económico realizado en el 2010 por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
El sector comenzó este año con el reto de crecer en el marco del plan de sustitución de importaciones que emprendió el Gobierno a fines del 2013, con la resolución 116 del Comité de Comercio Exterior (Comex).
La meta del Gobierno para este año era que 53 de las 106 empresas que fabrican juguetes sustituyan un 25% de productos importados por un monto de USD 15,7 millones.
La producción de juguetes durante el 2013 cubrió alrededor del 7% de la demanda, menciona Henry Kronfle, presidente del Comité Empresarial Ecuatoriano. A dos meses de Navidad, si bien la producción ha aumentado, esta no alcanzará a duplicar esa cifra, dijo. “De antemano se le indicó al Gobierno que no sería posible llegar a un 25% en un año”.
Aunque empresarios como Rivera han experimentado un buen año, (las importaciones de rompecabezas pasaron de 169 toneladas de enero a agosto del 2013 a 75 toneladas en ese mismo período del 2014); el dirigente gremial no se atreve a dar cifras del crecimiento de la producción nacional. En el Ministerio de Industrias todavía no se ha evaluado si los compromisos se han cumplido completamente.
Pica, una de las más grandes productoras de juguetes en el país, participó en el plan oficial y ha aumentado su producción un 35% en lo que va del año, llegando a 780 000 unidades. “Normalmente nuestro crecimiento era de un 10%. Además, este año bajamos un 30% de lo que importábamos”, explica Paola Escobar, gerenta de la división de juguetes de Pica.
Alberto Salvador, vicepresidente de la Cámara de Industrias de Guayaquil, comenta que si bien las empresas grandes y medianas están haciendo inversiones para cumplir con lo acordado con el Ministerio de Industrias y Productividad, el proceso tardaría por lo menos un año más.
“Va más allá de la inversión, hay un proceso de producción para alcanzar la variedad que demanda el mercado, capacitación, que no se puede hacer en corto plazo”, indica Salvador.
Por otro lado, existe un problema, en los pequeños productores, que no cuentan con mecanismos para asociarse con otros fabricantes para producir con más calidad y elevar su volumen de producción, claves para cumplir con los pedidos de las cadenas grandes.
Juan Taxi, por ejemplo, es propietario de la microempresa El Paraíso de las Miniaturas y pide más asesoría. “Hacemos carros en arcilla y madera. Quisiera producir más, pero no puedo porque veo que no tengo mercado”.
Roberto Salazar, vocero de Corporación La Favorita, coincide con Salvador. Esta cadena tiene 18 proveedores, pero el incremento en la oferta de productos nacionales en sus perchas no ha sido por una mayor cantidad de actores.
“El incremento es básicamente en líneas de productos, y no tanto de proveedores. No ha sido fácil conseguir proveedores que cumplan con los requisitos mínimos para comercializar juguetes”, señala Salazar.
William Ortega, gerente de la empresa de peluches Heart, en Ambato, en cambio, considera que los requisitos que exigen algunas cadenas pueden constituirse en una traba. “Piden que tengamos certificaciones internacionales avaladas por el Inen, pero ellos no tienen laboratorios, entonces es difícil. Habría que esperar a que el Inen desarrolle los laboratorios que hacen los test para nuestros productos”, se queja el empresario.
A pesar de esto, Ortega destaca que gracias a que este año comenzó a proveer a El Rosado y a Fybeca (Corporación GPF), su producción creció un 25%, compró una nueva máquina para rellenar peluches y creó seis nuevas plazas de trabajo.
Aunque la productividad del sector no alcanzó las cifras esperadas, el gremio considera que lo más positivo es que han tenido un mejor nivel de competencia producto de las restricciones a las importaciones.
Productos como los trenes eléctricos en rieles, cuyas importaciones alcanzaron 17 toneladas de enero a agosto del 2013, se redujeron a 3 toneladas en el mismo período de este año; mientras que los muñecos que representan animales o seres humanos, que alcanzaron las 604 toneladas durante los primeros ocho meses del 2013, se redujeron a 249 en el mismo período de este año.