Familiar: ‘Si el crecimiento demora, se arriesgan los avances sociales’

Jorge Familiar, de nacionalidad mexicana, se ha desempeñado como Vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe desde mayo del 2014. Foto: Wladimir Torres / EL COMERCIO

Jorge Familiar, de nacionalidad mexicana, se ha desempeñado como Vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe desde mayo del 2014. Foto: Wladimir Torres / EL COMERCIO

Jorge Familiar se ha desempeñado como Vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe desde mayo del 2014. Foto: Wladimir Torres / EL COMERCIO

Entrevista a Jorge Familiar, vicepresidente del Banco Mundial para América Latina.

Según las proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), Ecuador tendrá una recesión hasta el 2020. ¿Coincide con ese escenario?
Sería complejo para mí hablar de una recesión a cinco años. Los motores del crecimiento de Latinoamérica en el pasado, por los altos precios de los ‘commodities’, ya no están. Y no estarán por un tiempo largo. Entonces, tenemos que pensar en alternativas.

¿Cómo cuáles?

Salir de esta situación compleja dependerá de cuánto tiempo tardemos en desarrollar esos nuevos motores de crecimiento. El Banco Mundial tiene una preocupación particular por la pobreza y la prosperidad compartida. Mientras más nos tardemos en restablecer el crecimiento, mayor será el riesgo de que una parte de la población que salió de la pobreza extrema regrese a esas condiciones.

¿Cómo cuidar que esos avances se mantengan?
Hay que contar con programas sociales para que los pobres no caigan en una situación de pobreza extrema y que podamos romper los ciclos intergeneracionales de pobreza.

¿Cómo afecta la actual contracción económica en
Ecuador a ese objetivo?

La región, en su conjunto, no solo Ecuador, está enfrentando un entorno económico adverso. La menor demanda de los ‘commodities’ ahora está afectando a Ecuador y a otras economías. El gran reto es cómo restablecer ese crecimiento que permitió generar una gran transformación social.

¿Con qué medidas?
En algunos países se tienen que llevar a cabo ajustes externos. En otros se necesita un gasto más eficiente o un incremento de la recaudación fiscal, acompañado de un buen manejo macroeconómico que permita sentar las bases del crecimiento futuro. En la adaptación a la nueva realidad, lo fundamental es proteger a los más vulnerables. Creemos en la inversión social y en los programas que se conviertan en sistemas, que no solo ayuden a los más vulnerables sino que los conecte a la agenda de competitividad.

¿Cómo mantener altos niveles de inversión social con un Estado que ahora tiene menos recursos?
Ahí viene un tema de manejo eficiente de recursos. Vemos esfuerzos en la región para destinar el gasto público a las áreas que generan mayor rendimiento, preocupándose de los más vulnerables y manteniendo, en lo posible, la inversión en educación y salud, que son importantes para preparar el capital humano y enfrentar los retos del futuro.

¿Quién invertirá ahora en infraestructura?
Ecuador ha tenido una fuerte inversión en los últimos años. En muchos países existe una brecha importante por cerrar y se necesita mantener esa inversión, aunque ahora hay menos recursos. Estamos viendo una tendencia para una participación público-privada. Los países están trabajando en desarrollar y refinar sus marcos regulatorios e institucionales para atraer nuevos recursos y cerrar la brecha en infraestructura.

La relación con el sector privado ha sido tensa en Ecuador. ¿Cómo cambiar eso en el corto plazo?

Es algo necesario para cerrar la brecha y atraer inversiones, así como mejorar el clima de negocios para desarrollar ese nuevo motor de crecimiento. Los países de la región están pensando en medidas regulatorias que faciliten al sector privado instalar empresas que generen empleo.

La propuesta no es nueva. ¿Cómo concretarla?
Por una parte está la regulación, que debe ser eficiente y de calidad, que tome en cuenta el impacto social, pero también minimice los costos para las empresas. Se deben considerar las cargas administrativas, que implican un tema de estabilidad. Hay otros temas relevantes como la protección de la propiedad intelectual, la seguridad pública, los mecanismos de resolución de controversias o el funcionamiento del sistema judicial.

¿Ecuador está caminando en esa línea?
Todos los países tienen en su agenda convertirse en centros atractivos para la inversión.

El Gobierno ecuatoriano ha señalado que la contracción económica se debe únicamente a factores externos. ¿Es así?
Es un hecho que con los altos precios de las materias primas, como el petróleo, hubo un crecimiento fuerte. Y también es un hecho que ese crecimiento se utilizó para lograr una transformación social.

El día de hoy esos factores externos ya no están. Ecuador tiene un reto adicional por ser una economía dolarizada en un vecindario donde las ­monedas de muchos países se han depreciado.

Y, ¿qué hacer frente a ese escenario?

Generar otras fuentes de crecimiento, que necesariamente están relacionadas con ver hacia al exterior, con la capacidad de los países para exportar. Los países de América Latina tienen que ver hacia el exterior para seguir con esta agenda de crecimiento.

El Gobierno ha tomado medidas como la reducción de la inversión pública o el uso de los recursos de la reserva que maneja el Banco Central. ¿Son suficientes?

Esas medidas permiten adaptar la economía a las nuevas condiciones, pero hay que pensar en cuál será el motor de crecimiento en adelante. Y ese es el reto que enfrentan Ecuador y la región: trabajar en capital humano, en clima de negocios, facilitar al sector privado el desarrollo de la actividad empresarial. Crear condiciones atractivas para la inversión es importante, así como proteger a los más vulnerables.

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