Al centro está Jesús recién nacido, no tiene frío, no llora, siempre se lo ve sereno. A su lado están sus padres, casi siempre vestidos con túnicas, algunas veces arrodillados, otras de pie. Contemplan al Niño con tranquilidad de saber que ese preciso momento es la eternidad. A veces, José tiene canas, otras no. Llegan los Reyes de Oriente con sus ofrendas, la estrella ilumina el cielo y los animales reposan casi indiferentes.
Tenga en cuenta
Han desalojado a Jesús.
Chiara Lubich
¡Este mundo se ha adueñado de la Navidad y de todo su entorno, y ha desalojado a Jesús! / De la Navidad se ama la poesía, el ambiente, la amistad que suscita, los regalos que sugiere, las luces, las estrellas, los cantos… / Se espera la Navidad para sacar la mejor ganancia del año. Pero no se piensa en Jesús. / “Vino entre los suyos y no lo recibieron…” / “No había sitio para Él en la posada”… ni siquiera en Navidad. / Quedarse con una Navidad así y desterrar al recién nacido es algo que entristece. / Que por lo menos, en todas nuestras casas, se grite quién ha nacido, haciéndole una fiesta como nunca. Ximena de la Torre de Pozo conoce bien esta escena. Ha visto muchas variantes de ella en los 110 nacimientos que tiene. Empezó su colección hace 20 años porque quería que sus hijos tengan presente que la Navidad es el nacimiento de Jesús y no tanto la fiesta comercial en que se ha convertido.
El primer nacimiento que tuvo fue un regalo de su hermana mayor. Es de los tradicionales, con lavanderas, animalitos y pastores. Es especial porque a su alrededor se reunía la familia. Pero ahora está guardado porque Ximena no encuentra espacio para colocarlo.
Este nacimiento vino de Bélgica, pero no es el único extranjero ya que otros proceden de distintas partes del mundo. Se destaca el que trajo desde Kinshasa, en África, otra de las hermanas de Ximena. Son seis figuritas completamente negras, son bezudos, es decir tienen los labios gruesos y pronunciados. Tienen el pelo ensortijado.
Eso es lo interesante de los nacimientos, que de un concepto universal se hace un hecho particular y local. Cada país vierte sus trajes típicos y costumbres en los nacimientos. Por ejemplo, en un pesebre boliviano los personajes visten atuendos de los indígenas de allá. En cambio, en el argentino están vestidos con los colores blanco y celeste, algunos personajes tienen pelo largo y otros sostienen una taza de mate.
Para Ximena empacar y desempacar los nacimientos se ha convertido en toda una tarea. Tiene que envolverlos con cuidado y etiquetar muchas cajas. Pero algunos pesebres son muy frágiles y a veces se abollan. Como el que está hecho con la cáscara de un huevo vaciado y se rompió un poco el borde.
Este nacimiento viajó 13 horas en la mano de la hija de Ximena, al regresar de Bélgica.
Para hacer otros nacimientos se ha utilizado varios productos como los pepos (semillas) del eucalipto, fósforos, fundas de caramelos, hojas de maíz, latón, vela, tagua, nueces, limones. Hasta tiene un Niño Jesús hecho con la piedra volcánica que expulsó el Pinatubo de Filipinas cuando erupcionó en 1990.
A pesar que son varios los materiales usados, todos los nacimientos recuerdan un mismo instante y hablan de lo que Ximena quiso enseñar a sus hijos: la Navidad es el nacimiento de Jesús.