Vista de Haram El Sherif, el Monte del Templo para los judíos, en la ciudad vieja de Jerusalén. Israel comenzó el 25 de julio la retirada de los detectores de metal a la entrada de la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén, objeto de fuertes protestas en los últimos días. Foto: EFE
Israel y los fieles musulmanes mantenían una calma tensa este miércoles, 26 de julio, en torno a la Explanada de las Mezquitas, en Jerusalén Este ocupada, a pesar de la retirada de los detectores de metal, haciendo temer nuevos episodios de violencia con motivo del rezo del viernes.
El martes por la noche estallaron choques entre manifestantes palestinos y fuerzas de seguridad israelíes cerca de la Ciudad Vieja de Jerusalén, donde se sitúa la Explanada de las Mezquitas, tercer lugar sagrado del islam.
Según la Media Luna Roja palestina, los enfrentamientos dejaron 13 palestinos heridos.
Los fieles musulmanes siguen rechazando entrar en la Explanada y el miércoles, como en los días precedentes, rezaban en las calles adyacentes, constató un periodista de la AFP en el lugar.
Las autoridades israelíes instalaron detectores de metal en los accesos a la Explanada de las Mezquitas el 16 de julio, dos días después de que dos policías israelíes murieran a manos de tres árabes israelíes, que según las autoridades escondieron sus armas en la Explanada.
En rechazo a la medida, los fieles musulmanes se niegan desde entonces a entrar en la Explanada y rezan en las calles circundantes.
Cinco palestinos murieron en los enfrentamientos entre manifestantes palestinos y fuerzas de seguridad israelíes tras la instalación de los detectores.
Además, un palestino mató a tres civiles israelíes en una colonia en la Cisjordania ocupada.
La decisión de retirar los detectores de metal llegó el martes, tras una intensa movilización diplomática internacional ante el temor de que las tensiones se contagien a otros puntos de los territorios palestinos.
Pero el Ejecutivo israelí dijo que los remplazaría “por una inspección de seguridad basada en tecnologías avanzadas y otros medios”, ante lo cual, las autoridades musulmanas mantuvieron la consigna de boicot al sitio..
“Rechazamos los detectores de metal, rechazamos las cámaras”, declaró Um Maath, una árabe israelí procedente de Nazaret, en el norte de Israel, precisando que unas 50 mujeres de la ciudad y sus alrededores iban todos los días a rezar alrededor de la Explanada en autobuses específicamente fletados para ello.
“Todo tiene que ser como antes del 14 de julio”, añadió.
Cámaras de vigilancia
Según el diario israelí Haaretz, que cita fuentes policiales, se trata de una sofisticada red de cámaras de seguridad basada en una tecnología de reconocimiento biométrico.
Para identificar a posibles sospechosos, el sistema emplearía una base de datos de fotos procedentes de la policía, el Shin Bet -el servicio de seguridad interior- y ministerios, precisó el diario.
Pero las autoridades musulmanas y el presidente palestino, Mahmud Abas, indicaron el martes que no aceptarán ninguna medida alternativa a los detectores de metal y exigieron volver a la situación previa al 14 de julio.
“Mientras todas las medidas [de seguridad] no vuelvan a ser como antes del 14 de julio, no habrá cambios” en la congelación de la cooperación con Israel, declaró la noche del martes el presidente palestino.
Una portavoz de la policía israelí afirmó el martes que ésta “no utiliza ningún tipo de cámara que atente contra la vida privada y no tiene ninguna intención de hacerlo en el futuro”.
La Casa Blanca saludó el martes la decisión de Israel de retirar los detectores de metal, aplaudiendo “los esfuerzos de Israel para mantener la seguridad y reducir las tensiones en la región”.
Las entradas a la Explanada -donde se sitúan la mezquita de Al Aqsa y la Cúpula de la Roca– están controladas por Israel, que la denomina Monte del Templo, el lugar más sagrado del judaísmo, pero está gestionada por Jordania.
Los musulmanes pueden acudir en cualquier momento, mientras que los judíos solo pueden hacerlo a determinadas horas y no tienen derecho a rezar.
Las autoridades israelíes aseguran que no tienen intención de modificar estas reglas.
El nuevo pico de tensión hace temer un aumento de la ola de violencia que sacude Israel y los Territorios palestinos desde octubre de 2015.
Desde entonces, murieron 289 palestinos, 47 israelíes, dos estadounidenses, dos jordanos, dos eritreos, un sudanés y una británica, según un recuento de la AFP .