El general Luis Castro saluda con el ministro de Defensa, Ricardo Patiño, en una ceremonia realizada en la Esmil. Foto: Archivo / EL COMERCIO
La Comandancia del Ejército tiene nuevo Jefe. Ayer, el presidente Rafael Correa cesó en ese cargo al general Luis Castro, quien dirigía la Fuerza Terrestre desde el 5 de febrero del año pasado.
Inicialmente, en el Decreto 1333, el Primer Mandatario designó para ese puesto al general de división Carlos Egüez.
Sin embargo, en un nuevo Decreto, el 1334, nombró al general Édison Narváez como máxima autoridad del Ejército, en reemplazo de Egüez.
Tras las dos disposiciones del Jefe de Estado, cuatro generales abandonaron las Fuerzas Armadas. Se trata de Castro, Egüez y los generales Carlos Rodríguez y Gustavo Cabrera.
Castro habló ayer en las afueras del Escuela Militar Eloy Alfaro. Estuvo acompañado de los otros tres uniformados. Allí, el oficial cuestionó al ministro de Defensa, Ricardo Patiño, por pronunciarse vía Twitter, el 19 de febrero pasado, poco antes de que concluyera el proceso electoral.
“El señor Patiño no debía atreverse a sacar en su Twitter personal ninguna decisión respecto a las elecciones. Usted es la autoridad máxima de las FF.AA.; por lo tanto tenía que mantenerse neutral”, dijo Castro, en referencia a un mensaje del funcionario sobre la eventual victoria del oficialismo.
Además, exhortó a los soldados a que “continúen brindando seguridad al proceso electoral, para que se respete la sagrada voluntad del pueblo”.
El exjefe del Ejército aseguró que las FF.AA. no manejaron toda la cadena de custodia de las papeletas de votación de las elecciones pasadas.
“(Las FF.AA.) somos en forma constitucional y legal los que llevamos el proceso de custodia. Debemos estar presentes en toda la observación. Y eso es lo que promulgué, es lo que indiqué. La justicia sabrá decidir si hubo o no fraude”.
Por la noche, el ministro Patiño utilizó Twitter para responder a Castro. “Al comandante de la Fuerza Terrestre le corresponde dar seguridad al proceso electoral, cumpliendo disposiciones del Comando Conjunto. No le compete dar declaraciones políticas ni pretender constituirse en árbitro electoral. Le está prohibido por la ley” escribió.
Y luego añadió: “La Constitución dispone expresamente funciones de las FF.AA. y obligación de respetar sus instancias internas. Nadie las puede desconocer. Declaraciones de general Castro sobre custodia del material electoral merecerán respuesta del Consejo Nacional Electoral (CNE), que es la autoridad electoral”.
Minutos después, a las 21:30, el Ministerio de Defensa envió un comunicado y señaló que la designación del nuevo comandante es “un hecho legítimo y no vulnera de ninguna manera la institucionalidad de FF.AA.”.
Sobre la custodia del material electoral, Defensa dijo que los militares “cumplieron a cabalidad su trabajo, y así lo informó el teniente general César Merizalde, jefe del Comando Conjunto al Ministro Patiño”.
Castro fue parte del Consejo de Generales que el 20 de febrero pasado, un día después de las elecciones, pidió que se respetara “sin condición ni presión alguna” el pronunciamiento de los ciudadanos en las urnas.
El 10 de agosto del 2016, Castro también se había pronunciado en contra de las reformas al Issfa y pidió que si no hay consensos no se las aprueben.
Esas palabras arrancaron aplausos de los uniformados y de quienes estuvieron presentes en la ceremonia de ascensos en el Campo de Marte de la Esmil, en Parcayacu, Quito.
“Resulta paradójico que quienes defendimos y rescatamos la democracia el 30 de septiembre del 2010 ahora seamos observados y afectados en nuestros derechos que tanto hemos cuidado”, señaló ese día Castro. Este general es un boina roja, que ese 30 de septiembre condujo el rescate militar de Correa del hospital policial.
Ahora, en el Decreto con el que lo cesa, el Primer Mandatario le agradece al ahora excomandante del Ejército por “los valiosos y extraordinarios servicios prestados a la Patria”.
La normativa interna de las FF.AA. señala que el Comandante tiene dos años para ocupar ese cargo. Pero a Castro todavía le faltaban 11 meses, pues asumió en febrero del 2016, cuando el Mandatario cesó a Alto Mando de ese entonces.
Ayer, Castro sostuvo que estos cambios afectan la estabilidad del Ejército. “Es lamentable la decisión del Presidente, pero él sabrá por qué lo ha hecho. Quizá, señor Presidente, se ha demorado, porque yo el martes 21 de febrero le presenté mi cargo a disposición para proteger los derechos y libertades de mi pueblo”.