El alcalde Jaime Nebot asistió este 26 de junio al lanzamiento del libro ‘Memorias de la Terminal Terrestre de Guayaquil’. Foto: Mario Faustos / EL COMERCIO
Diecisiete horas después de terminar un acalorado discurso, como cierre de la marcha organizada en Guayaquil para rechazar algunas de las políticas del Gobierno, el alcalde Jaime Nebot asistió a un acto público.
Fue en el marco del lanzamiento del libro ‘Memorias de la Terminal Terrestre de Guayaquil’, hoy, viernes 26 de junio del 2015, en las instalaciones de la terminal, al norte de la ciudad.
“Hablé suficiente ayer”, dijo escuetamente Nebot tras el acto solemne cumplido en el segundo nivel de dicha infraestructura que fue modernizada en el 2007 y desde entonces se ha convertido en modelo de gestión reconocida en Sudamérica.
La prensa se quedó con las ganas de conocer su opinión respecto a la presentación del presidente Rafael Correa en un acto de masas en Montecristi luego de la marcha de Guayaquil; así como de las manifestaciones que se dieron en Quito, que tuvieron la presencia del alcalde Mauricio Rodas, y que llegaron a una cuadra del Palacio de Carondelet.
Sí se refirió, de manera exclusiva y por apenas un par de minutos, a la trascendencia alcanzada por la Terminal Terrestre de Guayaquil, desde su remodelación ejecutada por una fundación municipal que “por su volumen, después de la de Nueva York y de alguna terminal de Buenos Aires, esta era y es una de las que más movimiento tiene en América al servir a más de 100 mil personas cada día”.
En la mesa directiva durante el acto, Nebot estuvo acompañado por Fernando Donoso y Eduardo Salgado, presidente del directorio y gerente general de la Fundación Terminal Terrestre de Guayaquil, en su orden, así como de Henry Cucalón, asambleísta por Madera de Guerrero-PSC.
Salgado dijo que la huella de los 55 millones de usuarios que pasan cada año por la estación más grande del Ecuador, y una de las más modernas de Latinoamérica, ha quedado impresa en el libro de 101 páginas. “Allí está la historia completa de la Terminal que ha llegado a tener un movimiento económico de más de USD 200 millones al año y que goza del 90% de satisfacción de sus usuarios por los servicios que ofrece según una encuesta de opinión hecha por Informe Confidencial”.
Solo en el año 2014 fueron 24,3 millones de pasajeros viajaron en los 3 000 buses de las 88 cooperativas que operan en esas instalaciones con destinos intercantonales, interprovinciales e internacionales.
“Además es un gigante centro de empleos porque 10 500 ecuatorianos trabajan allí directa e indirectamente. El centro comercial que funciona dentro de la terminal cuenta con 100 locales y 125 islas comerciales”, acotó Salgado.
Los estudios para la construcción de la terminal de Guayaquil se contrataron en junio de 1977 y la primera piedra fue colocada en marzo de 1981. La Terminal Terrestre ‘Jaime Roldós Aguilera’ fue inaugurada el 11 de octubre de 1985 pero año y medio después las instalaciones empezaron a deteriorarse.
Desde entonces, y por falta de mantenimiento, el deterioro se fue incrementando hasta ver la necesidad urgente de que la terminal requería de una intervención para su remodelación y modernización la cual se desarrolló en dos etapas, iniciándose en el 2002 y concluyendo con su inauguración en el 2007.
“Recordar el pasado y aprender de él, vivir el presente con dignidad y saber que el futuro que nos espera será mucho mejor”, dijo Salgado al resumir el contenido del libro.