Bagdad, AFP
Al Qaeda en Iraq está muy debilitada pero tiene capacidad para organizar atentados e intentará multiplicarlos a medida que se acercan las elecciones legislativas de marzo, advirtió el asesor de seguridad nacional iraquí.
En una entrevista, Safa Hussein afirmó que la capacidad operacional de la organización ha disminuido considerablemente pero la influencia en su seno de miembros del ilegalizado partido Baas del ex presidente Saddam Hussein ha aumentado.
“En los últimos seis meses ha habido cambios” en la estrategia de Al Qaeda, explicó Hussein en su oficina en la zona verde ultraprotegida del centro de Bagdad, donde se encuentra la sede del gobierno y el parlamento iraquí.
“Pensamos que esos cambios tuvieron lugar con la influencia (de los miembros del Baas) y el acercamiento” que se produjo entre los dos grupos, agregó.
Después de la invasión de Estados Unidos en marzo de 2003 y el derrocamiento de Saddam Hussein, los miembros del Baas se integraron en varios grupos insurgentes, entre ellos Al Qaeda, porque su ex partido se quedó sin la estructura necesaria para combatir ejércitos regulares, según dijo.
Durante años, Al Qaeda impidió a los ex miembros del Baas acceder a posiciones importantes en la organización, pero las cosas cambiaron después de la muerte del antiguo jefe de la red iraquí, el jordano Mussab al-Zarqaui, durante un ataque aéreo estadounidense en 2006, precisó el consejero.
“Los baasistas encontraron entonces las condiciones y un ambiente favorable para promover su estrategia en el seno de Al Qaeda, agregó.
El gobierno iraquí acusó a los baasistas aliados de Al Qaeda de estar detrás de atentados cometidos desde agosto en Bagdad contra instituciones públicas.
Debilitada por la deserción de miles de combatientes sunitas, la red debió cambiar de estrategia, abandonando la guerra confesional que no consiguió desmembrar el país para efectuar acciones contra instituciones estatales en Bagdad.
Según Hussein, el número de insurgentes de Al Qaeda pasó de unos 10 000 a 2 000 actualmente.
El objetivo es desacreditar a cualquier gobierno chiíta ante la población, cuya seguridad ha mejorado y vuelve tímidamente a la normalidad, agregó el consejero.
Los 19 de agosto, 25 de octubre y 8 de diciembre, unos coches bomba conducidos por kamikazes atacaron los ministerios de Relaciones Exteriores, de Finanzas, de Justicia, la gobernación de Bagdad y un gran tribunal, dejando al menos 386 muertos y 1 500 heridos.
“Pienso que durante el periodo de las elecciones, esto va a continuar”, insistió el responsable, en referencia a la elección legislativa del 7 de marzo, la segunda después del derrocamiento de Saddam Hussein.
Según Safa Hussein -un ingeniero de 55 años y ex asesor del Muaffaq al-Rubaie, su predecesor en el cargo de consejero – los baasistas establecieron vínculos con los políticos sunitas.
“No diré que en el paisaje político actual existe un partido Baas o un frente baasista pero en algunos grupos y partidos, hay gente favorable a los baasistas y que los ayuda”.
Según el consejero, Siria sigue siendo una vía de tránsito para los combatientes extranjeros que van a Iraq.
“Los sirios están en la puerta. A veces la abren completamente, otras la entreabren”, prosiguió.
“Si quisieran podrían hacer muy difícil la venida de Al Qaeda a Irak. Ni siquiera hablo de fronteras, hablo del aeropuerto de Damasco donde hay más agentes secretos que viajeros”, criticó.
“Pueden controlarlo muy bien”, agregó.