Bagdad. DPA y AFP
mundo@elcomercio.com
Fue la primera vez en seis años que en las calles de Bagdad no se veía un solo soldado estadounidense. Ayer se fueron. Para la mayoría de los iraquíes es una señal que les llena de alegría y satisfacción.
‘Días difíciles se vienen’
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, alabó ayer el retiro de las tropas estadounidenses de pueblos y ciudades en Iraq y dijo que es un importante hito. No obstante, advirtió que se avecinan “días difíciles”.
El 73% de los estadounidenses apoya el retiro de las tropas de las ciudades iraquíes realizado ayer , seis años después de la invasión de Estados Unidos. Así lo reveló un sondeo hecho público por la cadena CNN.
Estados Unidos invadió Iraq en marzo de 2003, luego de que el entonces presidente George W. Bush acusara al Gobierno iraquí de poseer arsenales de destrucción masiva. Las supuestas armas nunca fueron encontradas, pero desde entonces el Ejército estadounidense mantiene fuerzas en el país del Golfo Pérsico.
En las calles de Bagdad, ayer se bailaba, cantaba, la gente se felicitaba, se confundía en abrazos. La alegría era generalizada y ni siquiera la pudieron perturbar las voces de los extremistas que en la cadena de televisión Al Yazira clamaban por continuar la “guerra santa en Iraq”.
Hubo situaciones que recordaban a las épocas de Saddam Hussein. Como en el pasado, también el actual primer ministro, Nuri al Maliki, dispuso que en este día histórico se propalaran canciones patrióticas y desfilaran tropas nacionales. El Gobierno declaró esta jornada -la fecha de plazo para la retirada de soldados de EE.UU. de áreas urbanas iraquíes- como el Día de Soberanía Nacional.
Los desfiles siempre fueron parte fundamental en cualquier fiesta patriótica que se festejara en este país sacudido por guerras y atentados desde hace décadas.
Al Maliki no desaprovechó la oportunidad y colocó una ofrenda floral ante la tumba al soldado desconocido. “Los bendigo. Los bendigo por sus esfuerzos por alcanzar este gran éxito”, dijo Al Maliki a los ministros de Defensa, Interior y Seguridad Nacional, así como oficiales de los servicios de Seguridad, en una alocución en la televisión estatal.
El Jefe de Gobierno bautizó la jornada en la que los soldados de Estados Unidos se replegaron de las ciudades como el Día de la Soberanía Nacional. Llamó, además, a los comandantes de las FF.AA. a hacer todo lo posible para evitar una nueva ola de ataques terroristas que puedan intranquilizar a la población y desestabilizar la situación.
Por su lado, el presidente, Yalal Talabani, indicó a través de la TV: “Mientras celebramos este día, no olvidaremos la amargura de las pérdidas que sufrimos recientemente debido a los repetidos, desesperados intentos de remanentes (baathistas) y de Al Qaeda por desestabilizar el país y difundir el pánico”. Al mismo tiempo agradeció a soldados de EE.UU. y de otras nacionalidades por sus sacrificios.
Tanto Al Maliki como Talabani urgieron a los servicios iraquíes de Seguridad a usar mano firme para que el país esté seguro.
No obstante, un coche bomba en Kirkuk, a 225 kilómetros al norte de Bagdad, mató ayer a 33 personas y dejó 18 heridos, en su mayoría kurdos. La explosión se produjo en un concurrido mercado en el vecindario kurdo de Al Shorja, en la disputada ciudad.
El atentado en Kirkuk dejó en claro que los responsables militares de Iraq asumen la difícil tarea de controlar la seguridad. El ataque coincidió con el día en que 500 000 policías y 250 000 militares iraquíes empezaron a hacerse cargo de la seguridad en las ciudades y los pueblos.
Las últimas semanas estuvieron marcadas por atentados que dejaron 200 muertos. Al Maliki acusó a los Takfiri (sunitas extremistas) y a los baathistas (el partido de Hussein) de ser los autores.
Los casi 133 000 soldados estadounidenses en Iraq se limitarán a la formación y a prestar apoyo a las fuerzas iraquíes, hasta su retirada total del país, en 2011.