Bagdag, AFP
Las autoridades iraquíes decidieron excluir de las elecciones legislativas del 7 de marzo próximo a 511 candidatos acusados de ser ex miembros del Baas, el partido ilegal de ex presidente Sadam Hussein, una exclusión que amenaza con destruir los esfuerzos de reconciliación.
Una comisión parlamentaria reveló el martes que los 511 candidatos excluidos estaban acusados de haber pertenecido al Baas e incluso algunos de ellos de haber participado en la matanza de chiitas de 1991.
Los candidatos excluidos de las listas tienen un plazo de tres días para apelar la decisión.
Esas exclusiones provocaron la ira de la comunidad sunita, minoritaria en Iraq, que acusó a los responsables chiitas de querer marginar a sus candidatos, y reticencias en Estados Unidos y la ONU.
Importantes figuras políticas sunitas forman parte de la lista de candidatos excluidos, como el jefe del Frente del Diálogo Nacional, Sale Motlaq, o el ministro de Defensa, Abdel Aqder Jassem Al Obeidi.
Falah Hassal Chanchal, presidente del Comité parlamentario para la Integridad y la Justicia, reveló en una reunión del parlamento que de los 511 excluidos, 216 habían pertenecido a las instancias políticas del Baas.
Otros 182 “pertenecieron a los organismos de represión como los Fedayines de Saddam (una milicia fiel al ex presidente) y los servicios de inteligencia”, agregó Chanchal.
Por otra parte, 105 candidatos excluidos son “oficiales que poseen una decoración” del partido Baas, dijo Chanchal, y los demás participaron en la represión de la insurrección chiita en 1991.
La comisión electoral determinó las exclusiones en función de una lista presentada por el Comité para la Justicia y la integridad, una instancia que heredó las prerrogativas del ex órgano encargado de purgar las instituciones de elementos pro Saddam Hussein.
Los sunitas, que cuestionan la legitimidad del comité dirigido por un ex aliado de Estados Unidos, el chiita Ahmed Chalabi, acusaron a sus integrantes, alguno de ellos candidatos a la diputación, de actuar de esa manera para deshacerse de rivales en la elección.
Chanchal, un chiita, defendió el trabajo del comité, que calificó de “extremadamente serio”, y criticó “las intervenciones exteriores”, aludiendo a las gestiones de Estados Unidos para evitar una crisis política en vísperas de una elección considerada crucial para el futuro de Iraq.
El vicepresidente norteamericano Joe Biden tuvo una serie de consultas telefónicas con el Primer ministro Nuri Al Maliki, el presidente Jalal Talabani y su vicepresidente Tarek Al Hacemi.
“Comprendemos que se preocupen por una medida que podría complicar el proceso electoral”, afirmó el portavoz del gobierno iraquí Ali Dabagh, pero “todos deben entender que se trata de un problema legal”.
Dabagh se refería al artículo 7 de la constitución iraquí que prohíbe el partido Baas y la apología de ese partido.