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Entrevista del día / Germán Efromovich. Presidente del Grupo Synergy, con inversiones en varios países de la región
¿Cómo están sus inversiones en el sector petrolero del Ecuador?
Estamos en Ecuador desde hace unos 12 años. Tenemos un contrato en el campo Ancón, cuya concesión pertenece a la Escuela Politécnica del Litoral (Espol). Es un campo maduro que requiere una administración muy efectiva porque el petróleo se saca prácticamente con una cuchara. Estamos esperando una definición del Gobierno por un problema con la Espol.
¿De qué depende que se mantenga ese contrato?
¿Por qué está aquí?
Su experiencia. Empresario con inversiones en Brasil, Colombia, Bolivia y Ecuador, en sectores de petróleo, gas, astilleros, aviación, electricidad, entre otros.
Su punto de vista. Ecuador tiene la riqueza para ser una potencia regional, pero necesita mejorar su confiabilidad para atraer a inversionistas.
De definiciones del Gobierno. Las cosas han ido más despacio de lo que nos gustaría, pero eso es parte natural de la burocracia.
¿Y cómo está la inversión en el campo Tigüino?
Es un campo marginal, de baja producción, donde recibimos un pago si la producción aumenta. Hay buenos prospectos y estamos esperando que la nueva reglamentación salga bastante clara para hacer nuevas inversiones. Han cambiado tanto las reglas que uno ya no sabe cómo están.
¿Que inversiones tiene en el sector eléctrico del país?
Tenemos una participación pequeña en una empresa extranjera (Ulysseas), que está operando dos barcazas de generación termoeléctrica. Ahí sí hubo un problema porque se cambiaron las reglas del juego en medio del juego. Hubo problemas políticos “inexplicados” en Manta, pues la empresa se instaló y de repente fue prohibida de producir.
¿Qué pasó con el contrato?
No dejaron ni comenzar, en Manta ni en Guayaquil. Las cosas no funcionaron por razones inexplicadas. Y con el nuevo Gobierno cambiaron la forma de pago, se dejó de abastecer de combustibles y luego se estipuló un precio que no cubría los costos. Una de las barcazas está produciendo.
Pero se presentaron propuestas para llegar a un acuerdo con la autoridad…
Hubo varias negociaciones con el Gobierno, aunque hasta el momento no se llega a un resultado. En un momento, el Gobierno quiso comprar la barcaza a través de la empresa Termoesmeraldas, se firmaron memorandos de entendimiento y se acordó la forma de pago, pero luego Termoesmeraldas dijo que no tenía la plata. Así es difícil conseguir que empresas extranjeras confíen en el país. Como latinoamericano uno entiende ciertas cosas, pero en el mundo real de los negocios internacionales no se entiende.
¿Cómo avanza el acuerdo con la Armada?
Tenemos un convenio para desarrollar un proyecto que mejore el astillero de Astinave, con base en el ‘know how’ que tenemos en Brasil. Nuestra primera recomendación, antes de hacer el estudio, fue decir que se realicen mejoras en el astillero para reparaciones y mantenimiento, pero que no se invierta en un astillero para construir barcos, porque la demanda de la región y del país no justifica. Talvez por motivos políticos, que son respetables, se pueda tomar otra decisión.
Con ese escenario, ¿el país es atractivo para invertir?
No es un tema de si es atractivo. El país tiene un futuro y un potencial inigualable; lo que ha perdido es la confiabilidad. Como grupo creemos en el país, pero en el momento que vamos a invertir tenemos que acudir al mercado financiero internacional para captar recursos. Y cuando uno va a ese mercado para un proyecto en Ecuador, esa gente corre, porque la confiabilidad del país ha caído y eso frena al que quiere invertir.
¿Cómo se mejora la confiabilidad?
Recomiendo que se haga un trabajo muy fuerte sobre la imagen del país y que se den garantías reales a los inversionistas para traerlos de vuelta. El país tiene proyectos bastante agresivos para invertir, pero se necesita la plata que está en el mercado financiero internacional, la cual vendrá únicamente si hay confianza. Hoy no podemos ilusionarnos con que existe credibilidad en Ecuador, porque no existe.
Pero el Gobierno dice que hay mucho interés de empresarios extranjeros por invertir en Ecuador…
Puede ser que existan empresarios que quieran asumir ciertos riesgos, y que el Gobierno dé algún confort en ciertas áreas. Pero es un hecho que, en general, falta credibilidad. Ahora, si queremos creer que no es así, pues ilusionémonos. Pero basta tomar las estadísticas de los últimos dos o tres años del país y veamos, por ejemplo, qué ha pasado con la inversión y con la producción petrolera privada. En vez de estar preocupados por lo que el sector privado pueda ganar si invierte en el país, por qué no nos preocupamos por lo que el país está perdiendo por la falta de esas inversiones.
Cuando usted dice que faltan garantías reales para la inversión, ¿a qué se refiere?
Garantías de pago y que no cambien las reglas de juego. Son garantías básicas.
¿Habló con el Presidente sobre este tema?
No. He hablado con los ministros, entre ellos con el de Recursos no Renovables. Ellos nos presentaron el plan de inversiones del Gobierno. Les dije que está muy bonito el plan, pero se necesitan cambios para conseguir la plata.
¿Y qué le dijeron?
¡Nada!
Usted fue invitado al país por la Cámara Ecuatoriano Brasileña para levantar el optimismo de los empresarios nacionales, pero el diagnóstico que presenta no suena muy optimista…
Yo soy un tipo optimista por naturaleza. Ecuador tiene todo para crecer. Pero quiero evidenciar una realidad, que talvez el Gobierno no quiera ver o que mucha gente no tenga coraje de decir. Ecuador es un país rico y relativamente grande respecto a la población que tiene. Si se maneja bien puede ser una potencia en la región. Falta eso. Creo que el presidente Correa tiene las ideas correctas, las ganas y la capacidad intelectual y técnica para hacerlo. Está intentando, lo quiere hacer y de repente lo hace. Estamos apostando a que eso suceda. Pero de que le falta… le falta.
¿Cuáles son sus proyecciones de inversión en el país?
Tenemos previsto aumentar nuestras inversiones en hidrocarburos, en energía, si las condiciones se dan. Podemos incluso financiar centrales hidroeléctricas o pequeñas plantas hidroeléctricas que no agredan el medioambiente, pues no necesitan de grandes reservorios de agua.
¿Y en proyectos petroleros?
Queremos ampliar nuestras inversiones en el campo Ancón, para llevarlo a unos 2 500 barriles diarios (unos 1 000 más de lo que está actualmente). Y t alvez intentar incursiones costa afuera. En Tigüino queremos aumentar la producción, que ahora bordea los 5 000 barriles diarios.
¿Invertiría si las reglas no están muy claras?
Muy difícil. Ahora, una cosa es que el negocio tenga riesgos, porque así son los negocios. Ahí uno se mete sin problema, porque eso depende de uno, del trabajo del empresario, de ver las oportunidades que otros no ven. Pero cuando no se tienen claras las reglas del juego, ahí no. En ese caso uno se para hasta ver qué pasa.
¿Cómo fue su incursión en la aerolínea colombiana Avianca?
Teníamos una pequeña aerolínea en Brasil, luego de que un cliente nos pagó con un avión de turbohélice. Vimos que había un negocio y luego compramos siete aviones del mismo tipo. Luego, unos amigos de Colombia nos llamaron para ver si queríamos invertir en Avianca. Presentamos una oferta y ganamos.
Eso fue en el 2004. ¿En ese entonces ya tenía en mente la alianza entre Avianca y Taca?
No. Tenía en mente que en el 2010 seríamos una de las compañías más importantes en la región. No sabía como, pero actualmente, si no somos la número dos, somos la número tres.
¿Cuál es la primera?
La mayor es TAM de Brasil.
¿Avianca-Taca es más que LAN?
En pasajeros sí, pero si se suma pasajeros y carga, no. Aunque ya tenemos una empresa de carga que se llama Tampa. Es cuestión de tiempo
¿Y cómo encaja la compra de Aerogal en su estrategia?
Estamos adquiriendo una participación que no pasará del 50%. Pero haremos un acuerdo operacional fuerte, para que los clientes puedan volar con los boletos en todas nuestras aerolíneas, tendrán derecho a las millas, los servicios de las salas ejecutivas en todos los países.
¿Por qué Aerogal?
No había otra. No se podía compra TAME porque es de la Fuerza Aérea. Ícaro era más complicada. Nos pareció que Aerogal era una empresa ya consolidada. Ya teníamos una pequeña aerolínea VIP, que luego logró un acuerdo operacional con Aerogal.
¿Aerogal formará parte del consorcio Hodco, que se formó de la alianza de Avianca y Taca?
Sí, pero tendrá una participación minoritaria, porque seguirá siendo una empresa ecuatoriana.
¿Cuál será su próxima compra?
No lo sé. ¿Tiene alguna idea? Si la tiene podemos revisarla.
En un negocio donde se necesita volumen, ¿ha pensado vender el negocio a un competidor más grande?
No. Lo que sí podemos hacer es salir con un pequeño pedazo de la compañía a la bolsa de valores para darle más pulmón a la compañía y hacer más inversiones.
¿En Nueva York o Sao Paulo?
No sabemos. Dependiendo del mercado puede ser Nueva York, Salo Paulo, Colombia.
¿En este año?
No sabemos, pero debemos estar listos este año. Depende del momento del mercado.