Redacción Santo Domingo
Esther Quishpe tiene 82 años y reside en una humilde vivienda, que colinda con la vía Santo Domingo–El Carmen (Manabí).
Los trabajos de ampliación de esta carretera están a pocos metros de su casa. Frente a su vivienda está un cerramiento de latas oxidadas. El terreno en el que se levanta la edificación fue una donación. “Trabajé 30 años como empleada en una hacienda. Un hacendado del sector me regaló este pequeño solar”.
Quishpe recuerda que un funcionario del Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP) le visitó. Él le informó que el vetusto cerramiento de su casa se afectará por la ampliación de la carretera.
Sin embargo, ella no sabe leer ni escribir, tampoco tiene las escrituras de la casa y el terreno en donde vive. Además, desconoce si recibirá alguna indemnización por el derrocamiento.
Según la Ley de Caminos, el cerramiento de su casa debe estar a 25 m del eje central de la carretera y su vivienda 5 m más atrás.
Frente a la casa de Quishpe está la vivienda de Jackeline Moreira. La ampliación de la carretera Santo Domingo–El Carmen le dejará un espacio de 50 cm, entre el filo de la vía y la fachada de su vivienda. “Pienso tumbar un piso porque tengo miedo que la casa se me vire”.
A 200 metros de distancia está la casa de Norberto Franco. La ampliación de la vía pasará por la mitad de esta vivienda. Por esta razón, Franco desarmó el techo, sacó las puertas y ventanas de la vivienda. El material pétreo por la ampliación de la vía ya llegó a la fachada principal.
El director del MTOP en Santo Domingo, Lenín Morocho, dijo que el presupuesto de la obra sí contempla el pago de indemnizaciones. El caso de cada propietario es diferente.
“Más aún cuando se tiene que cumplir con los requisitos, como tener escritura pública legalizada en el Registro de la Propiedad, plano del terreno, cédula de identidad y certificado de votación. Este trámite es personal y se debe realizar en el MTOP de Santo Domingo”.