Instituciones públicas, el nuevo blanco del paro

Indígena de comunidades de Tungurahua realizan un plantón en contra del Gobierno en el parque Cevallos en Ambato. Foto: Glenda Giacometti / EL COMERCIO

Indígena de comunidades de Tungurahua realizan un plantón en contra del Gobierno en el parque Cevallos en Ambato. Foto: Glenda Giacometti / EL COMERCIO

Indígenas de Tungurahua se reunieron en el parque Cevallos (Ambato). La Policía custodió las oficinas públicas cercanas. Foto: Glenda Giacometti / EL COMERCIO

Al unísono, las marchas convocadas por el movimiento indígena se reactivaron en diferentes puntos del Ecuador.

Pasadas las 16:30 de ayer, plegaron en Quito, Ambato, Saraguro, Cuenca y Macas. Fue parte de la estrategia que definieron los líderes de la Conaie para dar aliento al paro nacional que se desarrolla desde el 13 de agosto pasado.

El día previo, dirigentes como Salvador Quishpe, Jorge Herrera y Carlos Pérez Guartambel recorrieron las comunidades, hicieron asambleas y coordinaron acciones.

Una incluía la toma de edificios públicos, como medida para impedir que funcionarios laboraran y se cumpliera la consigna del paro.

En Ambato, las autoridades se adelantaron y desplegaron contingentes de policías y militares en los alrededores de la Gobernación, como medida preventiva. Ahí los manifestantes se reunieron en el parque Cevallos.

Se vio a cientos en una suerte de asamblea donde se exigía la liberación de los detenidos. Precisamente, esa fue la consigna central que los dirigentes usaron para conseguir el respaldo de las comunidades.

En Macas ocurrió algo similar. Indígenas cercaron el casco central, donde funcionan las principales oficinas del Gobierno y un piquete policial y militar trató de impedir que se hagan de los edificios.

Se apostaron cerca del Municipio de Morona, el Gobierno Provincial, el Ministerio de Vivienda y la Dirección Provincial de Educación. En esta última hubo un altercado que dejó ocho policías heridos.

Cerca del mediodía arribó a Macas el ministro de Defensa, Fernando Cordero, para hacer un sobrevuelo. Y el ministro José Serrano, a través de su cuenta de Twitter responsabilizó de la violencia a líderes indígenas como Quishpe, Herrera y Franco Viteri. Hasta ahora el paro ha dejado más de 100 policías heridos.

En Saraguro, la situación no fue muy diferente. Cientos de indígenas llegaron a la convocatoria de ayer en la tarde en el centro de la ciudad. Realizaron un recorrido por las calles principales de la ciudad. Con consignas y música mostraron su descontento.

Avanzaron hasta la Panamericana y desviaron su ruta cada vez que se encontraban con un contingente de la Policía.
En Cuenca tampoco hubo incidentes. La marcha se nutrió de indígenas y campesinos de cantones como Cuenca y Nobón. Hubo un ritual ancestral de purificación y una reunión en la que sostuvieron su postura de protesta indefinida.

En Francisco de Orellana, los incidentes se dieron en la noche del 18 de agosto y la madrugada de ayer. Los indígenas se tomaron el puente Payamino y el Ejército con la Policía logró despejarlo tras fuertes enfrentamientos. En Quito, en cambio, se repitió el libreto de los días pasados. La matriz del Seguro Social fue el punto de encuentro. Hubo sindicalistas, jubilados, médicos, profesionales. Los indígenas que hoy cumplen su primera semana en el parque de El Arbolito se sumaron. Aunque esta vez se les unió una delegación de Cotopaxi, que llegó por la tarde.

Ellos decidieron trasladar la manifestación a la capital por la emergencia que existe del volcán Cotopaxi. Quishpe fue enfático al decir que las acciones no se detendrán y que se radicalizarán.
Incluso que se sumarán a la huelga que los trabajadores organizan para los próximos días.

Para evitar que infiltrados vuelvan a causar desmanes o pongan en riesgo la seguridad de los participantes en las marchas, un grupo de indígenas (el de seguridad) se colocó en puntos claves del Centro Histórico. Su papel era evitar que haya roces con la Policía. “Avancen, compañeros, avancen”, les decían.

Alianza País, de su lado, volvió a calificar al paro como un fracaso. Fausto Cayambe, secretario de Organización del movimiento verde y asambleísta, dijo que se han focalizado en determinadas provincias y no adquirió el carácter de nacional, como han tratado de posicionar los indígenas.
Con él concuerda la titular de la Comisión de Relación con el Ejecutivo y exdirectora provincial (Pichincha) de AP, Luisa Maldonado.

Ella recuerda que las paralizaciones que hacían, por ejemplo en la década de 1990, no tienen comparación con las actuales. Lo que según la dirigente muestra un debilitamiento político y organizativo.

Los dos dirigentes oficialistas manifiestan su respeto a la agrupación por su importancia en la vida del país, también resaltan que hay una pérdida de liderazgo. Hay indígenas que apoyan al Gobierno como Pedro de la Cruz, de la Fenocin.

Movilizaciones 

El oficialismo minimizó el alcance de las protestas y condenó la “violencia”

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