A la mayoría de los ecuatorianos nos alarma la inseguridad en la que vivimos. Pese a que en estos últimos años ha habido mucho más dinero circulando en nuestra economía que en años anteriores, lo que pudo permitir un incremento de la fuerza y protección policial, la inseguridad ciudadana se ha incrementado notablemente. Los robos, asaltos, secuestros exprés y crímenes, están a la orden del día.
¿Qué hacer si mientras uno viaja en un taxi por el centro de una ciudad, un ladrón lo apunta con una pistola en la sien y le exige que le entregue el celular, la billetera y el reloj? Dejarse robar y entregar todas sus pertenencias es la única opción que se tiene para salvar la vida. ¿Y si para que no lo persiga, el delincuente le pega un cachazo en la frente con la pistola, que lo deja medio soñado y con pérdida de sangre a borbotones?, pues pedirle al mismo taxista que lo lleve a la clínica más cercana para que lo curen, y luego presentar la denuncia correspondiente.
¿Qué hacer si 4 ladrones lo asaltan en su oficina, donde bajo insultos y amenazas lo dejan amarrado junto a sus demás compañeros de trabajo? Dejarse robar y rogarle a Dios que uno de sus colegas, clientes o amigos, ingrese pronto a su oficina para que los desamarre y usted pueda llamar a la Policía para luego denunciar ese insólito hecho.
¿Qué hacer si al finalizar la tarde de un tranquilo domingo lo asaltan en la playa, mientras conversa con su pareja y un grupo de amigos? Dejarse robar y entregar su reloj y su celular, que muy probablemente es lo único que llevó a la playa. Y qué tal si al oponer resistencia, un ladrón asesino, le pega un tiro en la cara a usted o a uno de sus amigos? Agradecerle a Dios que lo salvó de una muerte violenta y acudir a la clínica más cercana para que lo curen, y luego denunciar aquello, ante el correspondiente fiscal de turno.
¿Qué hacer si mientras usted espera en su auto la luz verde de un semáforo, en una calle céntrica de cualquier ciudad del país, un ladrón lo apunta con una pistola desde al frente de su auto, mientras otro le pide que le entregue todas sus pertenencias? Dejarse robar y agradecerle a Dios que esta vez no le hicieron nada, y advertirle a sus familiares y amigos, que no circulen por esa zona de la ciudad después de las 6 de la tarde, donde hay más probabilidades de que lo asalten.
¿Qué hacer para evitar que hechos como lo relatados, y otros mucho más graves, le ocurran a usted, a sus familiares, amigos y a todos los habitantes de este país? Fortalecer a la Policía y dotarla de los elementos para combatir al crimen organizado puede ser una solución, y estoy por creer que otra, lamentablemente, lo es el permitir que previo el permiso y registro, se nos permita andar armados.
¿Qué piensa usted?