Desde hace 27 años, Guido Ramos, a través de Plásticos Tortuga ,vuelve útiles a los residuos plásticos de Quito que contaminan parques, ríos y el suelo. Mientras que Opción Verde, por ejemplo, ofrece fundas de yute para dejar de contaminar.
De las 1 500 toneladas de basura que se generan a diario en Quito, el 14% corresponde a residuos plásticos. Se calcula que en la capital y en el país solo entre el 3% y 5% de estos desechos es reciclado.
Diario EL COMERCIO publicó la iniciativa de Guido Ramos. A pesar que la tecnología solo le permite aprovechar los residuos plásticos de baja intensidad, él elabora alrededor de 40 productos.
Los objetos van desde tuberías para desagües y mangueras hasta sillas, mesas, balsas, maseteros y figuras decorativas como cascadas y piletas.
Esto produce con las tres toneladas promedio que llegan a diario a la fábrica, en el sector de El Inga.
Esta alternativa ha permitido a Ramos incluso crear fuentes de trabajo. En el proceso ocupa a 25 personas del sector entre empleados y obreros.
Diario EL COMERCIO también resaltó la propueta de Opción Verde, una microempresa quiteña, que ofrece las fundas de yute como una alternativa para dejar de contaminar con las fundas plásticas. Se calcula un mínimo de 6 000 reusos lo que ayudará a reemplazar 12 000 fundas plásticas desechables. Están hechas de tela de algodón orgánico, yute y poliéster. Estas son iniciativas a favor del ambiente.
LEY DE COMUNICACIÓN
‘No solo un sector debe vigilar la tarea periodística’
ENTREVISTA A ANTONIA MONTAÑO
PDTA. DE LA CÁMARA DE TURISMO DE ATACAMES
Redacción Esmeraldas
Desde el sector turístico, ¿cómo ve el debate de la Ley de Comunicación?
Es un tema delicado. Los medios de comunicación hacen su trabajo, que ha sido cuestionado por algunos sectores, pero han ayudado mucho al sector turístico. Nos han permitido difundir desde las tareas que realizamos hasta conocer nuevos destinos. Nosotros nos valemos de la radio, prensa y televisión para llegar a la comunidad.
¿Pero cree que se debe controlar la tarea que realizan los medios?
Si bien es cierto que hay medios que hacen un trabajo imparcial, hay otros que realmente tienen intereses políticos y económicos. Eso es evidente, especialmente, en los espacios dedicados a los noticieros y los análisis. Ahí no se informa, sino que tratan de manipular las ideas, y eso está mal. Como ciudadana, creo que deben dar elementos para que cada persona saque su propia conclusión. Dentro de ese esquema creo que hay que controlar ciertas cosas.
¿Es decir, debe haber un consejo que vigile el ejercicio profesional del periodismo?
Sí. Eso ayudaría a que se emita una información veraz. Las noticias deben ser ciertas.
Pero hay puntos de vista que pueden variar entre uno y otro…
Es verdad. Pero también es cierto que hay medios que se parcializan totalmente a favor de uno u otro político. Eso no está bien si se trata de un periodista que realiza un trabajo profesional. Ahí nacen las disputas y los ataques. Y por eso creo que los medios se deberían autorregular, pero como no lo hacen hay que regular desde afuera, por el bienestar de todos.
Entonces, a su juicio, ¿quién debe controlar?
Debe ser un consejo o comité tripartito, entre el Estado, la sociedad y los medios de comunicación. No estoy de acuerdo en que solo un sector vigile la tarea periodística, pues se pueden cometer abusos. Tampoco estoy de acuerdo en que se autocontrolen los medios, pues no lo han hecho antes. Solamente un grupo con intereses diversos permitiría un control equitativo. También hay que procurar que los representantes tengan un perfil alto.
¿Considera que los medios de comunicación reflejan intereses políticos o económicos de sus propietarios?
Algunos sí. Incluso creo que se paga para que se insulte o se ataque a los rivales de turno. De esa manera el quehacer periodístico se transforma en un negocio. Y eso es inmoral.
¿Ese fenómeno que usted destaca es evidente en medios provinciales o también en medios nacionales?
Es igual en lo local, provincial y nacional. Anteriormente, recuerde, durante los últimos días de las campañas políticas teníamos que escuchar cadenas de insultos y contra insultos. Todo eso era pagado y permitido por los dueños de los canales. Ahí nadie se quejaba de nada. Era un negocio lucrativo, hasta que se instauraron las franjas publicitarias y se eliminó esa agresión contra los ciudadanos. Por eso creo que cuando se controla y se regula todo va bien.
Pero usted dijo que el sector turístico se ha beneficiado de la prensa. ¿Se puede decir que también les ha afectado alguna vez?
Sí. Hay veces que elaboran noticias sin la debida precisión. Se dice, por ejemplo, aguajes en las playas de Esmeraldas. Se señala que se han destruido los malecones. Pero no se dice que eso sucedió en Rioverde, que está a tantos kilómetros de Atacames. O que hay inseguridad en Esmeraldas, cuando sucedió un caso fortuito en la frontera. Eso hace daño. Los turistas se alejan. Eso también es una agresión, pues se afecta a muchas personas, como al 90% de los 45 000 habitantes de Atacames, que viven del turismo.
¿Qué le parece el papel de los medios de comunicación manejados por el Estado?
Creo que los medios públicos deben dar más espacio a lo cultural y productivo. No solo a lo político. Pero soy optimista, creo que nos darán apertura algún momento, como lo han hecho los medios privados. El turismo es un tema que vende, por ello considero que sería positivo que ellos visiten las provincias y reflejen la realidad de todo el país.
Como Cámara de Turismo ¿han analizado la Ley de Comunicación o la libertad de expresión?
No como institución. Pero sí tenemos inquietudes como ciudadanos. Sin embargo, considero que son temas que hay que seguir con atención, pues nos pueden afectar directa e indirectamente a todos.
Cada feriado, ustedes recurren a la prensa para promocionar. ¿Qué tienen previsto para el Carnaval, la mejor época para el sector?
En Atacames estamos trabajando en tres ejes: seguridad, programación y promoción. Este último es fundamental para nosotros, tomando en cuenta que la mayoría de visitantes viene de la Sierra. Nosotros contratamos publicidad radial, en periódicos y televisión para atraer a la gente.