Tres canales de ayuda para víctimas de bullying en Quito

La central del sistema operará en las instalaciones del Patronato San José, en el Centro. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO

La central del sistema operará en las instalaciones del Patronato San José, en el Centro. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO

Pedir ayuda no siempre es fácil, más aún cuando una persona atraviesa por un momento de violencia, acoso o mal trato. A partir de hoy, en la capital funcionarán tres nuevas herramientas que permitirán a las víctimas de bullying ser escuchadas. Detrás de estos canales de ayuda se encuentra la Unidad Patronato San José.

La iniciativa se llama Acolita y está dirigida a jóvenes que se sienten vulnerados o abusados, y no han encontrado ayuda en sus colegios o casas.

María Fernanda Pacheco, presidenta de la Unidad, explica que esta iniciativa es el resultado del programa Más que un reflejo, que el Patronato llevó a cabo en febrero, con miras a frenar el bullying en los planteles de la capital.

Visitaron 28 colegios y atendieron a más 20 000 jóvenes de Quito. Gracias a esa iniciativa se logró levantar valiosa información sobre la problemática en la capital.

Las cifras mostraron una difícil situación: el 83% de los chicos había sufrido acoso físico, el 62% se había sentido agredido por su apariencia, el 57% no había sentido respaldo por el departamento de psicología de sus colegios, y más de 25% no sabía a dónde acudir al ser víctima de bullying.

Según Pacheco, el principal problema que se detectó entre los jóvenes es que no había un canal directo entre la víctima y un especialista para hablar sobre el tema, por lo que se decidió habilitar las tres alternativas: llamada gratuita al 1 800 ACOLITA (226548), mensajes por WhatsAapp al 099 678 3483, y chat en vivo en la página web del Patronato San José.

En los tres canales, las personas podrán conversar con psicólogas especializadas en el tema, quienes les brindarán asesoría y guía.

El servicio estará habilitado de lunes a viernes, de 10:00 a 18:00. Para acceder a la ayuda, los jóvenes podrán contactarse de manera anónima.

En los casos complicados, explica Pacheco, en los que, por ejemplo, exista amenaza de suicidio, se contará con el apoyo de la Escuela de Psicología de la Universidad San Francisco de Quito y de la Universidad Católica. Cuando sea necesario, los jóvenes serán referidos a los centros de juventud que tiene el Patronato.

A escala nacional, el suicidio juvenil es la segunda causa de muerte, y más del 80% de casos de bullying ocurre por una diferencia física, como peso, altura o color de piel.

Según la encuesta nacional de niños y adolescentes del INEC, seis de cada 10 estudiantes enfrentan algún tipo de violencia en los planteles, el 63% alumnos molesta a otros por ser diferentes, el 74% los insulta o se burla y el 53% llega incluso a sufrir robos.

Clara Armijos es mamá de Ana, una chica de 13 años que fue acosada por sus compañeras en el 2016. La relación con su hija siempre fue buena, pero no se enteró que era víctima de bullying hasta cuando su hija terminó con el cabello cortado por sus compañeras.

Asegura que los directivos del plantel le dieron la espalda y debió cambiar a su hija de colegio. Armijos ve con optimismo esta iniciativa, pero pide que se dé seguimiento a los casos y que la autoridad vigile que los establecimientos respalden a los chicos agredidos.

Para Elizabeth Montenegro, psicóloga educativa del Centro de Estrategias de Aprendizaje y Desarrollo de la Inteligencia, la apertura de estos canales es algo positivo debido a que muchas veces lo que frena a los jóvenes que son víctimas de bullying o a los observadores, es el miedo a ser delatado en los colegios. Estas vías de acceso, explica, le dan al joven la seguridad de informar sin sentirse amedrentado.

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