Redacción Construir
Además de diseñar jardines y cascadas, sembrar todo tipo de vegetación, en su empresa Novalínea se fabrican basureros, jardineras y se realiza un mantenimiento especial a los bonsáis.
Estos pequeños árboles, explica Herrera, son ideales para las personas de la tercera edad porque ayudan al relajamiento. “Es una terapia para personas que aman la naturaleza”.
Para que un árbol normal se transforme en bonsái, dice Herrera, debe ser arbóreo (medir en su estado natural no menos de dos metros), maderal (que tenga leño, corazón y fibra) y longevo (que viva muchos años).
Aunque el tamaño varía según las diferentes especies (de interior o exterior), un bonsái medirá de 13 a 50 cm de alto.
El proceso de mantenimiento se inicia con la sacada del árbol de la maceta, explica Herrera. Se peinan las raíces con un peine metálico o de dientes gruesos.
Luego se cortan las raíces que estén muy largas. Esto se hace con una tijera pequeña de podar. Para colocarlo de nuevo en la maceta se cambia de tierra.
El método más eficaz para regarlo es poniendo la maceta en el interior de un recipiente que contenga el agua suficiente para cubrirla. Después de 5 minutos, la tierra absorbe suficiente agua y el árbol estará hidratado.
En el último paso, dice Herrera, se desmocha de acuerdo con la forma que quiera dar al árbol. La poda remueve brotes, reduce hojas y contribuye al crecimiento. Esta se puede hacer con tijeras especiales y se aplica cada semana, quincenal o mensualmente.
Un tipo de poda es el despunte. Este consiste en cortar los brotes que surgen de las ramas. La operación se desarrolla cortando los brotes sobre la yema para obtener una rama futura del peciolo restante. Se hace con tijeras o la mano. Para el diseño se puede escoger un estilo recto, inclinado, en cascada, barrido por el viento, de mano abierta…