Londres, DPA
La información de que Saddam Hussein podría hacer uso en poco tiempo de armas de destrucción masiva que por lo visto facilitó un taxista al gobierno británico fue determinante en la guerra de Iraq, aseguró el diputado conservador y miembro de la comisión de Defensa, Adam Holloway en un informe publicado hoy.
En el documento de la institución First Defence, Holloway sostiene que el gobierno de entonces ignoró que esa información era insostenible.
El Ejecutivo del primer ministro Tony Blair había esgrimido en septiembre de 2002 como motivo de la guerra en Irak que ese país podría lanzar un ataque en 45 minutos con armas químicas y biológicas.
Parece ser que antes de la intervención en Iraq los servicios secretos británicos estuvieron sometidos a fuerte presión por parte del gobierno para que reuniesen el máximo posible de informaciones que justificasen una guerra.
De acuerdo con Holloway, los agentes habían “exprimido” Iraq en búsqueda de informaciones. Al final los datos sobre las supuestas armas de destrucción masivas resultaron no ser creíbles, escribió Holloway en el informe.
“Procedían de un taxista en la frontera entre Iraq y Jordania, que se acordaba de una conversación escuchada por casualidad en su taxi dos años antes”. Un miembro de los servicios secretos había apuntado a pie de página que era posible “demostrar que esas informaciones eran falsas”.
Aun así el gobierno le concedió credibilidad y basó en ellas su dossier para Iraq. El gobierno no quiso pronunciarse respecto a las acusaciones de Holloway. El informe sobre Iraq de 2002 fue bautizado después como “dodgy dossier” (dossier poco fiable), porque salió a la luz que Irak no poseía armas de destrucción masiva.
Reino Unido había invadido en primavera (boreal) de 2003 Irak junto con Estados Unidos, sin mandato de Naciones Unidas y contra la voluntad de la mayoría de británicos.
Independientemente de las acusaciones de Holloway, una comisión de investigación para la guerra en Iraq está analizando la incursión de soldados británicos en Iraq. El ex premier Blair comparecerá el año que viene.