Redacción Negocios
A las 09:00 del pasado martes, Janeth Iza llegó a la carpa informativa del Ministerio de Relaciones Laborales, en las calles Páez y Ramírez Dávalos, en Quito, al pie de las oficinas del Servicio de Rentas Internas (SRI). Ella quería averiguar sobre los derechos de las trabajadoras del servicio doméstico.
Dubitativa, se sentó frente a un empleado de la Cartera de Estado y le expuso su problema. “Los patrones de mi cuñada, que es doméstica, no quieren renovarle su contrato de trabajo. Estoy segura que es porque está embarazada”.
Ante esta información, un funcionario le explicó que encontrarse en estado de gestación no es causal para finalizar el contrato, por lo que, si eso sucede, la trabajadora debe hacer la denuncia en la inspectoría laboral.
Situaciones como esta se producen a diario en las 30 carpas que el Ministerio ha distribuido a escala nacional y que rotarán por diferentes puntos de Quito, Guayaquil, Cuenca y Ambato.
En cada una atiende un funcionario del Ministerio y otro del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), cuya tarea es informar a los empleadores y a los empleados sobre sus respectivos deberes y derechos.
Por ejemplo, Clara Torres, beneficiaria del bono de desarrollo humano, pudo enterarse en esta carpa que no perderá el aporte si es que entra a trabajar como empleada doméstica en una casa.
Por ello, en estas carpas es común ver a trabajadores en general que expresan sus dudas a los funcionarios. Como Ana Gabriela Guasapaz, quien trabaja en un comedor del centro de Quito. Ella llegó a las 11:30 del martes a la carpa ubicada fuera de la Estación Sur del Trolebús, en El Recreo, para denunciar que trabaja más de 12 horas diarias y que no recibe horas extras. Así mismo, preguntó si tiene derecho a exigir a su jefa que la afilie al IESS.
La funcionaria del Seguro Social le indicó a Guasapaz que su empleadora debe asegurarla de forma inmediata y que para ello puede acudir a cualquiera de las carpas o al Departamento de servicios generales de la institución.
Ella manifestó que durante las dos semanas de trabajo en los puntos de información ministeriales ha afiliado a 14 personas. “Cuatro de manera voluntaria y 10 por parte de sus patronos”.
De estas últimas, ninguna es empleada doméstica. Y esto precisamente porque uno de los objetivos del Ministerio de Relaciones Laborales era que con estas carpas aumente el número de empleadas domésticas afiliadas, que según sus datos son 21 625, equivalente al 12,5% de las 173 000 que existen en el país.
Este diario no pudo obtener el total de personas afiliadas en las carpas debido a que, según el Departamento de Comunicación del IESS, hasta el momento no se ha terminado de contabilizar el número de ingresos.
Lo que sí se ha logrado cuantificar es la cantidad de personas que acuden a las carpas de información. De acuerdo con los registros proporcionados por el Ministerio, un promedio de 826 personas llegan todos los días a absolver sus dudas laborales.
Entre las 11:00 y las 13:00 se produce el mayor movimiento. En la carpa de la calle Páez quienes atienden no tienen tiempo para descansar, ya que apenas se levanta una persona llega otra.
En la tarde, el número de personas disminuye. En la carpa ubicada en la av. González Suárez, a las 14:45 ni una personas pasa por el sitio. Quienes atienden deben esperar hasta las 15:00, en que la atención termina.
Datos que deben tomar en cuenta los empleadores y las domésticas
Cuando una persona decide contar con los servicios de una empleada doméstica está en la obligación de firmar un contrato de trabajo. Este debe legalizarse en el Ministerio de Relaciones Laborales.
En el documento debe constar el sueldo que se le va a pagar, horas de trabajo, funciones que va a realizar, beneficios que va a recibir, etc. La Inspectoría del Trabajo analizará el contrato para aprobarlo.
Los patrones deben afiliar obligatoriamente a las empleadas domésticas al Seguro Social. Para eso, requieren el contrato avalado por la inspectoría de trabajo y las cédulas de ambos.
Con esos documentos el empleador debe acudir al IESS para que le otorguen el número patronal y se realice el registro de la afiliación. Deben aportar el 11,5%. Al trabajador le corresponde el 9,35%.
Toda empleada doméstica debe recibir un sueldo no menor de USD 240. En el caso que esto sucede y/o no se encuentre afiliada al IESS debe hacer una denuncia en la inspectoría de trabajo de su provincia.
Se puede contratar a una empledada de servicio doméstico por menos de ocho horas diarias y/o menos de cinco días a la semana. El empleador debe elaborar un contrato de jornada parcial de trabajo.
Cuando se firma un contrato de este tipo, el monto de pago debe ser proporcional a las horas de trabajo. En este caso los empleadores también están en la obligación de afiliar a su empleada al IESS.
Al contratar a una empleada doméstica existe un período de prueba de 15 días y no de 90 como el del resto de trabajadores. Durante esas jornadas una de las partes puede terminar el contrato.