Una inflación baja influye en salarios y competitividad

Precios reales conforme a una economía dolarizada, menos pérdida del poder adquisitivo del salario, alzas de sueldos reducidas y mayor competitividad son los principales impactos de una inflación a la baja.

Precios reales conforme a una economía dolarizada, menos pérdida del poder adquisitivo del salario, alzas de sueldos reducidas y mayor competitividad son los principales impactos de una inflación a la baja.

Precios reales conforme a una economía dolarizada, menos pérdida del poder adquisitivo del salario, alzas de sueldos reducidas y mayor competitividad son los principales impactos de una inflación a la baja. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO 

Al menos cuatro efectos traerá a la economía una inflación baja. Así lo consideran analistas económicos.

Precios reales conforme a una economía dolarizada, menos pérdida del poder adquisitivo del salario, alzas de sueldos reducidas y mayor competitividad son los principales impactos de una inflación a la baja.

En noviembre, la inflación anual alcanzó un 1,05%. Con ese resultado, la cifra se convirtió en la más baja en el undécimo mes del año desde el 2000, cuando comenzó a regir la dolarización.

La caída de la inflación, que incluso ha sido negativa en cuatro meses, es la constante a lo largo del 2016, el cual se ha caracterizado por el menor consumo y una reducción de las importaciones, del gasto público y de la inversión a escala nacional.

Bajo este escenario, los precios tenían que bajar, por la reducida demanda en un país en recesión económica, explica Jaime Carrera, director del Observatorio de la Política Fiscal.

Los compradores se volvieron más cautelosos a la hora de gastar, mientras que las empresas redujeron sus precios para responder a la menor capacidad adquisitiva de la población.

Los comercializadores de bienes y servicios, dice, “por primera vez en 17 años, se van a ajustar a la realidad que implica un sistema dolarizado (...) son precios compatibles con la realidad”.

La menor inflación del Ecuador respecto a otros países de la región también ayuda a mejorar su competitividad, ya que los precios en el país crecen a menor ritmo que en el exterior.

Byron Villacís, exdirector del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), explicó que es posible que “las empresas busquen sacar sus stocks de los inventarios para recuperar liquidez y protegerse ante la reducción de la dinámica económica”.

Roberto Maldonado, presidente ejecutivo del Grupo Colineal, cuenta que su empresa tuvo que reducir sus precios o aplicar promociones, descuentos o dar regalos para atraer a los consumidores, aunque esa estrategia afecta el margen de rentabilidad. Él estima que si las ventas de diciembre son buenas, la utilidad de este año será un 40% menor respecto a la del 2015. Reconoció que Colineal, al ser una industria grande y reconocida en el país, puede aplicar esta estrategia, “pero las pequeñas no”. Apenas en noviembre se activaron las ventas y se espera que este mes se mantengan.

Todos los meses del 2016 la caída de ventas de la empresa fue de 10% con relación al mismo mes del 2015. En noviembre la baja solo fue de 6%.

Con precios más bajos, advierte Villacís, puede producirse un efecto “peligroso”: que las empresas ajusten su producción también a niveles menores, lo que genera desempleo / subempleo y con ello se reduce más el consumo volviéndose un “círculo vicioso”.

Las últimas cifras del INEC, al tercer trimestre de año, muestran que el desempleo creció en 0,9 puntos porcentuales entre octubre del 2016 y del año pasado. El subempleo aumentó 4,6 puntos porcentuales.

Los negocios, además, han sacrificado su rentabilidad “al máximo” para seguir vendiendo. Eso lo explicó Oswaldo Calero, gerente de la sucursal Guayaquil del almacén Home Vega. Indicó que la falta de ventas afecta a la cadena productiva.

Él explicó que el principal beneficiado de una baja inflación es el consumidor, pero este no cuenta ahora con los recursos para comprar.

En noviembre 10 de los 12 segmentos que muestra el INEC registraron cifras negativas de inflación.

Para José Hidalgo, director de la Corporación de Estudios para el Desarrollo, un factor positivo de una inflación baja es que mantiene el poder adquisitivo de los salarios. “Se mantiene casi igual que hace un año”.

Sin embargo, una inflación a la baja se reflejará en el incremento salarial del 2017, ya que este indicador se utiliza para determinar el alza del básico a partir de enero.

Xavier Sisa, representante de los empresarios ante el Consejo Nacional del Trabajo, dijo que el alza de salarios para el próximo año podría estar entre 1,3% y 1,5%.

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