Indolente complicidad

El asesinato de David Erazo, hincha de El Nacional,  a manos de supuestos  integrantes de la Muerte Blanca,  ingresó a un punto muerto. No existen ni sospechosos ni acusados a través de un dictamen de la jueza Ángela Sarmiento.

El caso presenta  una indolencia múltiple. Una Ministra del Deporte que no hace funcionar la comisión antiviolencia; la dirigencia que minimizó el crimen porque el asesinato  se cometió fuera del escenario; El Nacional que no cumple la promesa de ayuda a los familiares para continuar el proceso judicial. Mientras que el periodismo, salvo excepciones, no siguió el caso confrontando los diversos testimonios para exigir a las autoridades más prolijidad en sus acciones y evitar la nulidad de procedimientos.

Todo ha quedado en cero mientras los familiares de Erazo, quienes no pertenecen a ninguna élite socio-económica, carecen de dinero para contratar abogados experimentados que reclamen por esta desaparición. La muerte del  hincha a nadie importa. Que el balón siga rodando parece ser la irresponsable consigna.

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