Ciudad del Vaticano, Dublin, Roma. Reuters, AFP, DPAGrupos judíos en todo el mundo reaccionaron con asombro a la comparación que hiciera el predicador personal del papa Benedicto XVI, a las críticas a la Iglesia Católica por los escándalos de abuso sexual con la “violencia colectiva” sufrida por judíos. “Estoy absolutamente estupefacto”, comentó Amos Luzzatto, ex presidente de las comunidades judías de Italia. El rabino jefe de Roma, Riccardo Di Segni, quien acogió al Pontífice en la sinagoga de la capital en enero dijo que “es realmente de mal gusto”. El predicador del Papa, Raniero Cantalamessa, hizo la comparación durante un sermón el viernes en la Basílica de San Pedro. Líderes judíos del mundo describieron el sermón con palabras como “repugnante”, “obsceno” y “ofensivo”. “¿Cómo puede comparar la culpa colectiva asignada a los judíos, que causó la muerte de decenas de millones de inocentes, con los que abusan de su fe y de su labor abusando sexualmente de niños?”, preguntó el rabino Marvin Hier del Centro Simon Wiesenthal, el grupo internacional de derechos judíos. “El uso de estereotipos, el traspaso de la responsabilidad personal y la culpa a una culpa colectiva me recuerdan los aspectos más vergonzosos del antisemitismo”, comentó Cantalamessa, citando una carta que recibió de un amigo judío. Un portavoz del Vaticano dijo que la comparación “no debería ser interpretada como una postura oficial del Vaticano”.También el cabeza de la Iglesia anglicana y arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, criticó ayer con dureza a la Iglesia católica irlandesa, a la que acusó de haber perdido “toda credibilidad” por cómo ha tratado el escándalo de los abusos por parte de curas.Pero, igualmente, fue refutado, y horas más tarde, por teléfono, Williams presentó sus disculpas al Arzobispo de Dublín “por las dificultades que pudo haber causado”. Williams fue criticado en el seno de su propia Iglesia, empezando por los arzobispos de Dublin, John Neill, y de Meath y Kildare, Richard Clarke” .En medio del escándalo que afecta a la Iglesia católica, anoche el Papa presidió la Vigilia Pascual en la Basílica de San Pedro, ante miles de creyentes. Instó a deshacerse de los “viejos vestidos” nombrados por San Pablo como el abuso, la inmoralidad, el interés personal, la envidia.