Olga Imbaquingo, Corresponsal en Nueva York
Los indígenas del mundo tienen su propia agenda en Copenhague. Se resume en dos ejes: rechazo a las ayudas económicas para enfrentar el cambio climático e inclusión de sus derechos en todos los debates sobre el tema a nivel local, nacional y mundial.
“No queremos migajas. Lo que más queremos es que los países más ricos que son los grandes emisores de gases de carbono reduzcan esas emisiones, esa es nuestra propuesta unánime de los indígenas del mundo”, así dijo desde Dinamarca Marlon Santi, presidente de la Consejo de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie).
Mina Susana Setra, secretaria general de la Alianza de los Pueblos Indígenas de West Kalimantán en Indonesia, en conversación con este Diario, se mostró optimista por el nivel de conciencia que encontró en la sociedad civil frente a los problemas indígenas.
Ella ve progresos en programa que busca recompensar a los países que buscan proteger sus remanentes de bosques (conocido como Redd en inglés). “Esto es un avance de la nada a al menos algo”, aseguró.
Lamentó que “nada de lo que concierne a los pueblos indígenas, que somos los dueños y los que protegemos los bosques, está incluido en las negociaciones del debate” y esa es un reclamo formal del Consejo de los Pueblos Indígenas del Mundo, que incluye las comunidades nativas de las Américas, de Asia y África.
Los problemas de Indonesia son parecidos a los de la selva ecuatoriana: deforestación, avance de las plantaciones de palma africana y de maderas foráneas para la industria y explotación petrolera. “Están destruyendo nuestra tierra y nuestra cultura”, aseguró Setra.
“Aparte del deshielo de la cordillera andina, lo que más me ha dejado perplejo es ver a través de las cifras y documentales que la cuenca del Congo se está secando y que los polos se derriten inexorablemente”, aseguró Santi, quien además habló del compromiso de realizar “una minga social planetaria” para presionar a los líderes políticos.
Santi, quien el martes participó en un debate junto al príncipe Carlos de Gales, salió sorprendido de “ver que sí hay una real preocupación y sin embargo duele saber que nos iremos sin un tratado para salvar a nuestra madre tierra”.
Después de esta cumbre “realmente sabremos quiénes son los enemigos del planeta”, dijo Santi y la respuesta de antemano la tiene Robby Romero, fundador de Native Children´s Survival, cantante y documentalista ambiental.
“Son los jefes de las grandes multinacionales. Aquí solo hemos venido a ver un reciclaje de promesas rotas y mientras las cabezas de las grandes trasnacionales no entiendan que la tierra es nuestra madre y está viva no habrá esperanzas”, dijo desde Dinamarca.
Para Romero un tratado del clima no es una tarea que hay que dejar para mañana, es para ayer “pero me temo que nada salga de aquí. Mi país debería estar avergonzado, junto con Canadá y Nueva Zelanda, que se niegan a reconocer los derechos indígenas en las negociaciones sobre el clima. Va a ser hora de empezar una larga y franca conversación con nuestro gobierno”, apuntó.
“Aquí se están tomando decisiones hechas sin la participación de los que somos más afectados. Necesitamos que nos consulten y reconozcan nuestra contribución”, dijo Joseph Ole Simel, un nativo masai del Consejo de Indígenas Africanos.
En todas las cumbres, sea en Bangkok, Barcelona y Bonn “no se nos ha tomado en cuenta. Nuestros derechos tienen que ser incluidos de ahora en adelante en cualquier decisión sobre el cambio climático”, fue la exigencia de Tarcila Rivera Zea, activista indígena de Perú.
Ecuador expone su tesis mañana
El canciller ecuatoriano Fander Falconí confirmó, vía teléfono, que mañana hace su intervención oficial sobre el cambio climático. Lamentó que no se vean “compromisos fuertes ni consenso sólidos especialmente en los países que más afectan al clima del planeta. Incluso observamos retrocesos de los compromisos de Kyoto”.
En esencia, Ecuador dejará claro que el cambio climático que experimenta el planeta tiene “responsabilidades diferenciadas en función de los referentes de consumo de energía y los que más consumen son los países industrializados, que a la vez son los causantes de este deterioro ambiental”.
Ecuador, además, plantea que debe haber “un reconocimiento de la deuda climática por parte de los países ricos, pero mientras esto ocurre para paliar los efectos del calentamiento del planeta vamos hacer notar al mundo que pese a que somos marginales tenemos una propuesta que aquí está siendo calificada como una de las más innovadoras”.
Falconí viene trabajando desde varios frentes en la propuesta ITT-Yasuní y dijo haber encontrado una respuesta “impresionante” y “contundente” de la sociedad civil que participa en Copenhague.
“Es verdad que estamos contra el tiempo”, dijo refiriéndose al plazo que ha puesto el presidente de la República Rafael Correa para encontrar los recursos que mantengan unos 400 millones de barriles de petróleo bajo el suelo, pero estamos en la recta final, puliendo detalles. Es una propuesta compleja que requiere su tiempo de maduración, pero estamos optimistas”, enfatizó.