Con el propósito de mejorar la vialidad en el Distrito Metropolitano, el Alcalde plantea la creación de algunas tasas e impuestos. Considero que es necesario e impostergable empezar a dar soluciones viales nuevas y mejorar otras: por ejemplo la construcción de una vía elevada sobre la Mariscal Sucre y 10 de Agosto, como vías rápidas con salidas y entradas en sitios estratégicos exclusivamente y en estas se podría cobrar peaje. Igualmente ampliar la Córdova Galarza hasta Calacalí, a seis carriles con sus debidos pasos deprimidos y eliminando los semáforos innecesarios, permitiendo la circulación sin interrupciones.
Lo mismo para Cumbayá con un nuevo túnel. La prolongación de la Simón Bolívar hasta Pomasqui. Crear baipás elevados y deprimidos en los sitios conflictivos, ampliar otras vías inclusive con la posibilidad de expropiaciones razonablemente estudiadas.
La construcción de parqueaderos subterráneos bajo los parques principales y prohibición de parqueo sobre las vías. Y sobre todo, avanzar aceleradamente en la planificación y ejecución del Metro para Quito. Estaríamos dispuestos, al menos yo, a pagar un mayor impuesto predial, pagar peaje por las vías nuevas, a pagar por el estacionamiento subterráneo. Vería con agrado que los impuestos por revisión y matrícula de los vehículos tuvieran un recargo porcentual y este dinero fuera para el Municipio, mas no estoy de acuerdo en crear tasas por consumo de gasolina ni impuestos a la compra de vehículos por inconvenientes y conflictivos.
Tampoco debe olvidarse señor Alcalde del embellecimiento de la ciudad, creando nuevos espacios verdes, continuar con el proyecto del Parque del Lago en los terrenos del actual aeropuerto como estuvo concebido, la construcción de fuentes de agua de gran magnitud y belleza como existen en las grandes ciudades, y que al parecer nuestros alcaldes no participan de la idea de tenerlas ni mantener las actuales. Para mantenerlas podrían cobrar una tasa a todo el comercio formal que existe en la ciudad, a los permisos de funcionamiento de los mismos, a los eventos artísticos y otros en general.
Y si esto no fuera suficiente, podrían solicitar asesoramiento al Alcalde de Guayaquil, entre otros.
René Orellana Izquierdo
Atropello Municipal
Cuántas veces los que obligadamente por nuestro trabajo debemos acudir al Municipio de Quito, nos encontramos con una larga cola para recibir información, luego el turno (que si se llega pasado el mediodía ya no hay), siguen los requisitos, que no los pueden entregar porque se les acabó las copias, compra de formularios, que no han sido los correctos, y, a la cansada, regresar sin haber hecho el trámite, haber perdido el tiempo, morirse de las iras y lo que es peor: saber que así serán los próximos días y hasta meses.
Señor Alcalde, le solicito hacer un bien a la ciudadanía que le eligió y motivar al personal del Municipio de la Zona Norte, especialmente en las áreas de transferencia de dominio, avalúos y catastros, formularios y recepción.
Debo aclarar que existen pocos funcionarios municipales profesionales que hacen su trabajo y lo cumplen a cabalidad.
Diana Astudillo Navarrete
Más impuestos y menos seguridad
Cada vez Quito se vuelve más y más insegura, no importa la hora o el barrio, la delincuencia ha convertido nuestra capital en el paraíso para sus fechorías en contra de transeúntes, autos o viviendas. Y el Municipio, mientras tanto, busca seguirnos exprimiendo con nuevas tasas y peajes con el pretexto de mejorar la vialidad.
Los contribuyentes no sabemos a dónde van a parar los ingentes recursos que recibe el Cabildo por concepto de parqueaderos de la Zona Azul recientemente extendida, el peaje del túnel Guayasamín y las multas a sus infractores, y sobre todo las carísimas multas que reciben quienes no cumplen con el ineficaz pico y placa, que ha disminuido mínimamente el tráfico, pero a costa de colapsar el sistema de transporte público. Para cobrarnos y multarnos a quienes pagamos impuestos sí son muy eficaces, pero para protegernos de la delincuencia… ¿Quién podrá defendernos?
Francisco Velasco Ruiz
Despropósito azul
A través del prestigioso Diario EL COMERCIO, nos enteramos que el I. Municipio de Quito intenta imponer la Zona Azul, en los distintos barrios de la ciudad. Un completo despropósito. Ya que la tal disposición no solo que incomoda, sino que es inconstitucional y afecta al buen vivir. Incomoda porque obliga a pagar por un sitio de estacionamiento que el Municipio debe proporcionar a sus habitantes, que ya estamos pagando por él, en el Impuesto al Rodaje. Es inconstitucional porque el uso de las calles está siendo cubierto al pagar el Impuesto Predial y atenta al buen vivir, porque impide la movilidad vehicular.
Nuestras preguntas son: ¿dónde está el buen servicio que -supuestamente- debe ofrecer el Municipio a sus conciudadanos? ¿O solamente quiere recibir dinero por un espacio de suelo que no le corresponde? ¿Eso es buen vivir o afán de lucro? ¿El Municipio es un ente de servicio público o se ha transformado en una simple y odiosa empresa privada y de corte capitalista? ¿El Alcalde y sus concejales -aparte de su altísima preparación universitaria- no actúan con sentido común para el bienestar ciudadano? ¿No tienen buen sentido para resolver los verdaderos problemas de la ciudad? ¿De qué sirve la tasa de seguridad si los ciudadanos no somos protegidos de la delincuencia? ¿De qué sirven los cobros por obras en el Distrito cuando la ciudad no está limpia, ni reparadas sus aceras y calles?
En una reunión celebrada el 22 de enero del 2009 y ante una petición de los administradores zonales, el ex alcalde Paco Moncayo, entre otras cosas les dijo: “No es el fin que el Municipio cobre plata”. Es decir, ¿dónde queda el afán de servir a la ciudadanía? Posiblemente en algún tacho de basura del Municipio…
Francisco Viteri
Qué engaño
Claro, como no estamos en época de elecciones, el Municipio de Quito pretende abusar de la paciencia y bondad de los quiteños al tratar de imponer y gravar con más impuestos a la escuálida economía de sus habitantes, tratando de legalizar un asalto a los bolsillos de los capitalinos con su oscura propuesta de: subir el precio de los combustibles, imponer peajes en sus avenidas o establecer una tasa de movilización a los vehículos que circulen en el Distrito Metropolitano; qué falta de seriedad en hacer política. Por qué no aprenden de la administración del Cabildo porteño, quienes han inaugurado y siguen haciendo monumentales obras en beneficio de sus habitantes, sin gravar impuestos a su gente, siendo una verdadera metrópoli y ejemplo de administración. Las autoridades quiteñas dan a entender que no recaudan sus impuestos, que el Gobierno Central no aporta con sus rentas, o no están capacitados para administrar. El Gobierno de la llamada “revolución ciudadana”, partido al que pertenece el Burgomaestre capitalino, debe dar los recursos económicos en lugar de estar gastando en sus cansadas y millonarias propagandas que interrumpen la tranquilidad de los hogares ecuatorianos.
Eduardo Vergara Barros
Gasolina en ‘taza’
Señor Alcalde: usted está tomando el camino más fácil para gobernar nuestra ciudad al querer imponer nuevas tasas a la gasolina, peajes urbanos, zonas azules. Ya nos impuso el ‘pico y palo’ con resultados inciertos y no sé qué más inventos tendrá en su repertorio.
Yo me pregunto: ¿qué obras complementarias está realizando para enfrentar con soluciones prácticas los problemas de la ciudad? No veo ningún trabajo referente a la solución de tránsito: pasos elevados, pasos deprimidos, señalización de las paradas a los “abuseros”, semaforización inteligente, por lo menos en las arterias principales, construcción de edificios de estacionamientos y no digamos un recorte de los “pipones” municipales.
Todas estas nuevas imposiciones inconsultas, lo único que provocarán es más desempleo. Con la tasa a la gasolina vendrá el alza de precios, las zonas azules generarán más burocracia, los peajes urbanos más congestión vehicular.
Creo que no es suficiente gobernar con mente lúcida y corazón ardiente. No sea que por muy ardiente, da inicio a un incendio que solo será sofocado con la indignación ciudadana.
Jaime Droira Canelos
Amnésicos, indolentes o…
Cuando se trata de defender los recursos nacionales o exigir comportamientos éticos de aquellos que han ostentado poderes públicos en los varios gobiernos, los términos citados se aplican a todos los ecuatorianos. Desde la simple ostentación de título universitario sin tenerlo, como fue el caso de un ex Ministro de Energía, al uso de bienes del Estado para proteger a un implicado en abuso de la relación familiar y sacarlo del país, al pago de pensiones de los guaguas con fondos reservados, al gasto superfluo en encuestas para medir popularidad personal, al uso de vehículos y aviones estatales para cosas personales, a la aplicación de tarifas en coimas para otorgar obras públicas, al caso de los ‘comecheques’ en el Ministerio de Deportes, etc. Todos son ejemplos de mal uso del poder que se han cometido a través de los años y que los ecuatorianos hemos soportado. Es curioso que en el último caso que salta nuevamente a la palestra pública poco importe al país la razón de fondo de la salida del país del imputado ex Vicepresidente y más se centra la noticia en quién denunció y cómo se lo hizo.
¿No será más importante saber si el imputado justificó aquello por lo cual se le demandó antes que los detalles de cómo y cuándo se le denunció? ¿No será más importante que la ciudadanía conozca si los recursos del país se emplearon de forma correcta? El tiempo no puede borrar actos que se han calificado como abusos de poder y hasta peculado, es decir el robo de fondos públicos así porque sí. Si hay responsabilidad debe haber castigo, sea quien fuere el autor, independientemente del tiempo que “anduvo por los techos”, como dice el del estado llano. Las faltas a la fe pública no deben ser borradas por el tiempo, el país merece explicaciones, no perdón y olvido.
Esteban Serrano V.
¡Mi madre herida de bala!
Sí, no lo podía creer; estando fuera del país recibí una llamada a mi celular en la que me enteré que mi madre fue herida de bala en la avenida De los Shyris, a las 11:00; sí, a plena luz del día, en una de las avenidas más importantes de nuestra antes “franciscana ciudad”. El objetivo de esta carta no es comentar los detalles de este violento incidente, el que gracias a Dios no fue mortal para mi madre, si no llamar a la reflexión de todos los quiteños y ecuatorianos sobre la triste decadencia de una sociedad que producto de la falta de oportunidades, el incremento del costo de la vida y sobre todo el ambiente de violencia verbal e intolerancia a las diferencias, nos está llevando a que cada día más, el solo salir a las calles de nuestra ciudad sea “jugarse la vida”. Lo que sí está claro es que el Presidente de la República está consciente de este tremendo deterioro social y de seguridad, para lo cual él sí ha tomado todas la precauciones creando una poderosa fuerza de guardia especial para su protección… ¿y la nuestra?
Julio T. Guzmán G.
Indicadores de la crisis de 1999-2000
En 1999 cambió el sistema financiero ecuatoriano. El 75% del sistema (16 entidades bancarias pasaron a manos del Estado). Los más afectados, los clientes. Feriado bancario, el mayor atraco que ha sufrido el país. En resumen: la cotización del dólar no deja de aumentar. La AGD se queda sin dinero para pagar a los clientes. Una recesión aguda. La canasta familiar sube. El trabajo se reduce. Un déficit mayor al 0,7% del PIB. El dólar a punto de acabar con el sucre. Mahuad negocia un salvavidas político. Mahuad anuncia la dolarización. El descongelamiento es parcial, recibirán papeles a siete años y al 7% de interés. Ola de juicios sobre el banquero Aspiazu. Los indígenas ocupan Quito.
10 000 personas marcharon con la consigna “Fuera Mahuad”. Más de 1 000 indígenas, militares y sindicalistas ocuparon el Congreso. El Presidente en cadena nacional afirma que no renunciará, más tarde abandona Carondelet. Y una junta de Gobierno que duró 3 horas.
Han pasado varios años y Mahuad no es culpable de nada. ¿Acaso no hay nadie que diga nada?
Y lo más indignante es que el Primer Mandatario de esta revolución de cinco lucas acaba de pedir amnistía para Dahik.
Tomás Manuel Morocho Llinín
Colombia-Ecuador
A raíz del bombardeo de Angostura, el Gobierno ecuatoriano solicitó permanentemente al Gobierno colombiano que le entregue los discos duros de la computadora del narco terrorista Reyes, lo cual fue aplaudido por los simpatizantes del presidente Correa. El actual presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, a poco de su posesión, entregó al presidente Correa esos discos duros; sin embargo, este hecho ahora es criticado por esas mismas personas (ver cartas a la Dirección de este día, del señor Miguel A. Molina). ¿Cómo entender a estas personas? Ahí sí que es “palo porque bogas y palo porque no bogas”. Lo importante en el caso de Angostura, al menos para los ecuatorianos, debería ser exigir que aquellos ecuatorianos que conocían de la existencia de ese campamento sean sancionados, ya que según palabras del propio presidente Correa, son traidores a la patria.
Rafael Serrano Puig
La desconcertante justicia
Los insólitos hechos que se vienen dando desde hace rato aquí en el Ecuador no tienen una explicación razonable y lógica, como para creer que todo anda bien en este asunto tan delicado de dar al César lo que es del César. Recordando algo de lo mucho que se dijo en relación a los escándalos que provocaron estos políticos durante el desempeño de los más altos cargos públicos, es inaudito que hoy se pretenda dar indultos y amnistías a quienes se los calificó como los más corruptos de la historia, razón por la que tuvieron que huir del país para evitar las sentencias y la cárcel. Casos concretos son los de César Verduga, Alberto Dahik, Abdalá Bucaram, Jamil Mahuad, célebres personajes a quienes la historia y la opinión pública juzgaron a su debido tiempo en los más duros términos, como para que sean sepultados políticamente, razón por la que llama mucho la atención la actitud del señor Presidente de la República en el sentido de solicitar la amnistía para el ex vicepresidente Dahik, y posteriormente también para los demás.
Ángel Verdezoto Pazos