Los indígenas, afros y mestizos intercambian cada vez más cultivos

El sábado se realizó el último encuentro del trueque de alimentos en la comunidad de Angochahua, cantón Ibarra. Foto: Cortesía de la  Junta Parroquial de Angochagua

El sábado se realizó el último encuentro del trueque de alimentos en la comunidad de Angochahua, cantón Ibarra. Foto: Cortesía de la Junta Parroquial de Angochagua

El sábado se realizó el último encuentro del trueque de alimentos en la comunidad de Angochahua, cantón Ibarra. Foto: Cortesía de la Junta Parroquial de Angochagua

Los indígenas, afros y mestizos de los cantones Ibarra y Pimampiro, de la provincia Imbabura, llevan el trueque de alimentos a las comunidades.

Esta práctica milenaria, que se realizaba previo a la Semana Santa y al Día de Difuntos, ahora se efectúa, por lo menos, una vez al mes, asegura Emilio Guamán, presidente del pueblo Kichwa Karanki.

También explica que el intercambio solidario se ejecuta sin dinero, gracias a los acuerdos entre los dirigentes del valle del Chota y las parroquias de Lita y La Carolina con sus similares de Angochagua, La Esperanza, Mariano Acosta.

El convenio permite que los campesinos de la zona subtropical lleguen con plátanos, yuca, naranjilla, papayas, naranjas, cacao…
Mientras que los labriegos de la zona andina arriban con papas, maíz, fréjol, habas y una amplia variedad de harinas, entre otras cosas.

El sábado pasado se realizó el último “cambeo”, como le denominan los campesinos, al trueque. La cita fue en la plaza central de la parroquia Angochagua, en el sureste del cantón Ibarra.

Unos 120 agricultores participaron en el colorido intercambio de frutas y granos, que se efectuó en ese poblado con motivo de sus fiestas.

Según Verónica Ipiales, moradora de Angochahua, el trueque permite conseguir frutos frescos de la Costa, que en la ciudad son caros.

Para Rolando Cangás, miembros del Movimiento de Economía Social y Solidaria del Ecuador (MESE), que congrega a comunidades y pueblos, este tipo de relación gira en torno a dos ejes.

“El primero es el fomento del cultivo libre de productos agroquímicos. El otro es por contacto directo del productor con el consumidor, para evitar los intermediarios que en el mercado tradicional encarecen los productos”.

En el trueque prima un valor solidario, antes que el comercial. Las dos partes sienten que salen ganando con el intercambio, asegura.

Hernán Sandoval, presidente de Angochagua, comenta que previo a cada encuentro de intercambio, los dirigentes acuerdan la fecha y el lugar en donde reunirse.

Sin embargo, la cantidad de los productos que se troca depende de cada productor. “Cuando uno no está de acuerdo con la proporción que recibe, exige la ‘yapa’ (una compensación)”.

Desde hace dos años, cuando el MESE realizó la Declaratoria Nacional del Trueque, en el cantón Pimampiro, Cangás cree que se dio un empoderamiento en las comunidades.

En Lita, en donde habitan colonos e indígenas awá, esta práctica se realiza en diferentes sitios, para que sea equitativo. Los campesinos van a Río Verde y La Colonia, Getsemanía, Cachaco, Parambas...

Elvia García, indígena awá, señala que la feria de trueque más amplia se realiza en Lita, en agosto durante las fiestas de parroquialización.

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