Iglesia defendió el rol del Papa en casos de abuso sexual

Ciudad del Vaticano, ANSA

El sucesor de Joseph Ratzinger en la Congregación de la Doctrina de la Fe, cardenal William Levada, así como otros importantes purpurados, defendió hoy el accionar de Benedicto XVI ante los abusos sexuales en la Iglesia, después que un abogado estadounidense pidió citarlo como testigo en un proceso.

Cuando Benedicto XVI era prefecto para la Doctrina de la Fe “fue el arquitecto de los pasos adelante hechos por la Iglesia y por esto es necesario darle mérito y mostrar gratitud”, dijo Levada en una breve entrevista al diario estadounidense New York Times.
 
El diario criticó duramente al Papa la semana pasada, sosteniendo que había sido responsable de que un sacerdote pedófilo, Lawrence Murphy -quien habría abusado de decenas de niños sordos cuando dirigía un instituto en Wisconsin-, no fuera castigado ni por la justicia canónica ni por la civil.

Levada dijo que el de padre Murphy es “el más relevante caso de pederastia serial que haya visto jamás”, pero aclaró que Benedicto XVI no tiene ninguna responsabilidad al respecto. El cardenal subrayó que “como creyente no tengo dudas que responderá ante el Señor, que juzga tanto a los vivos como a los muertos”.

Por su parte, el arzobispo de Nueva York, monseñor Timothy Dola, sostuvo en una entrevista a Radio Vaticana que “lo verdadero y lo falso se entretejen escandalosamente en las reconstrucciones del New York Times”. El diario, subrayó Dola, “hizo una narración nauseabunda y amargamente verdadera de los abusos, pero lanzó también insinuaciones contra el entonces cardenal Ratzinger totalmente carentes de fundamento, que forman parte de una campaña ’bien engrasada’ contra el Papa”.

El arzobispo de Viena, cardenal Cristoph Schoenborn -hablando con la prensa tras su primer encuentro con la responsable de la nueva comisión austríaca sobre abusos sexuales en la Iglesia, Waltraud Klasnic- dijo a su vez que Benedicto XVI “siempre mantuvo una línea clara, claramente opuesta a la ocultación” de los casos de abusos sexuales.

“Lo conozco desde hace 37 años, y siempre fue favorable a una política de claridad sobre la cuestión, algo que no siempre fue agradable al Vaticano, pero ésta fue siempre su línea”, subrayó el cardenal austríaco.   

También el cardenal Angelo Scola, patriarca de Venecia, defendió la actuación de Benedicto XVI en materia de abusos sexuales, describiéndolo como un prelado que “siempre ha hecho mucho, y sigue haciéndolo, para lograr eliminar toda suciedad de entre los rangos de los hombres de Iglesia”. 

Más tajante aún fue el juicio del arzobispo de Chicago y presidente de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos, cardenal Francis George, quien sostuvo que es gracias a la determinación del Papa que “ahora podemos alejar de manera permanente” a los sacerdotes abusadores, “algo que antes no era posible”, a través de normas aprobadas cuando Ratzinger era responsable de la Congregación para Doctrina de la Fe.

“Además de esto, él nos ha animado siempre para que vayamos a buscar a las víctimas de los abusos, y pienso que muchas diócesis -la mayoría, en mi país- tienen un servicio de asistencia a las víctimas y han creado un sistema de enseñanza para los niños, para que comprendan cuando se pueden encontrar frente a un peligro”, subrayó George.

Para el cardenal estadounidense, “nada de todo esto hubiera sido posible sin las premisas legales y el ímpetu pastoral atribuibles al Papa Benedicto”, quien en sus viajes en Estados Unidos “ha tenido la ocasión de hablar con las víctimas, pero para intentar curar sus heridas, no para volver a abrirlas”. 

Aún así, las acusaciones lanzadas por el New York Times y los documentos publicados por el prestigioso diario siguen siendo utilizadas en contra de Benedicto XVI, como demuestra el caso de William McMurry, abogado estadounidense que representa a varias víctimas de abusos de religiosos en Kentucky.

McMurry pidió que el tribunal cite al Papa como testigo en la causa, alegando que los documentos difundidos por el New York Times “demuestran sin posibles equívocos que existe un nexo entre el entonces cardenal Ratzinger y los casos de violencia sexual contra menores de edad”.

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