El humor de Michelena

En la campaña electoral de la consulta popular no se había visto algo original y persuasivo hasta que aparecieron las viñetas de Carlos Michelena con sus comentarios sobre la consulta. La presencia del ‘Miche’ ha tenido impacto y ha llamado la atención de los medios de comunicación. Los diarios de Quito y Guayaquil y estaciones de radio han difundido entrevistas en las que explica las razones que le han llevado a participar en la campaña. Al Consejo Nacional Electoral le ha preocupado la difusión de las viñetas de Michelena y le ha abierto un expediente a la cadena internacional FOX porque no estaba autorizada para difundir publicidad electoral.

Michelena es humorista sagaz y un ser humano de honda sensibilidad. Como humorista está dotado de aguda capacidad de observación y delicada ironía. Sus escenas de la realidad, que contienen adecuada dosis de exageración y burla, inducen al espectador a reírse de sí mismo y satirizan la hipocresía política y la solemnidad del burócrata. El humor de Michelena, que fue siempre hombre de izquierda, es rebelde, no vacío. Su ironía lleva implícita una propuesta de cambio.

El humor ha sido siempre un mecanismo de confrontación con el poder porque cumple una función doble: por una parte desacraliza al poder, lo baja de su pedestal, lo desnuda; y por otra, permite hablar, valiéndose de la broma, de aquello que la gente no quiere opinar abiertamente cuando se generaliza el miedo. El autoritarismo siempre ha recelado del humor y ha pretendido ponerlo al servicio del poder, pero la pretensión es vana porque el humorista al servicio del poder no provoca risa, sino lástima.

El humorista es, ante todo, un hombre libre. Los esclavos de la ambición y del miedo se llevan bien con el autoritarismo, pero entre el poder y el humor hay siempre una mutua desconfianza. En la admirable novela de Umberto Eco, ‘El nombre de la rosa’, el monje más viejo del monasterio, envenena a los que buscan en la biblioteca el tratado de Aristóteles sobre la comedia. Cuando es descubierto explica sus crímenes diciendo que ese libro constituye un peligro porque “la risa es el nuevo arte capaz de aniquilar el miedo”. En su fanatismo, el monje sostiene que la risa libera al aldeano del miedo al diablo y la muerte y podría llevarlo hasta a la negación de Dios.

Michelena, además de un gran sentido del humor, tiene una profunda sensibilidad humana. Siempre tiene entre manos alguna causa solidaria o alguna misión filantrópica. Una persona necesitada, un amigo preso, un compañero en desgracia, siempre hace el bien a alguien. Ahora se ha impuesto la misión de ayudar a un grupo de gitanos del circo Dumbar, una de sus estrellas ha caído del trapecio y se encuentra malamente herida.

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