La plaza de San Blas en el Centro Histórico de Quito impulsa el turismo en la zona. Foto: EL COMERCIO
Hosterías y restaurantes se asientan en los alrededores de la plaza de San Blas. Este barrio tradicional del Centro Histórico de la ciudad, poco a poco, se ha ido convirtiendo en un sector que busca atraer al turismo, gracias al crecimiento del comercio en sus alrededores.
Solo en la calle José Antepara, entre la avenida Pichincha y la calle Los Ríos, se puede encontrar cinco hosterías y siete sitios para comer. Las opciones van desde comida tradicional como picanterías hasta cafeterías que ofrecen menús totalmente vegetarianos.
Quienes deseen hospedarse en esta calle pueden encontrar una habitación desde USD 8, este valor incluye Internet wifi, casilleros con llave y proponen ofertas novedosas como el intercambio de libros. También abundan los rótulos que ofrecen departamentos para una o dos personas.
Además, para satisfacer todas las necesidades del turista, hay agencias de viajes, lavanderías, peluquerías, tiendas de artesanías, imprentas y sitios de Internet. Todos estos negocios conservan la fachada de las casas tradicionales de la zona.
Para los moradores del sector el cambio ha sido evidente. Desde hace unos dos años, cuenta Rosa Muquiz, el comercio se ha ido tomando estas calles. Pero ya no es el comercio tradicional al que estaban acostumbrados, sino más bien uno que apunta a la población más joven y a los extranjeros, cree.
Esto ha ayudado a que la seguridad en la zona aumente porque hay más movimiento en el día y en la noche. Las personas que viven en esta calle no son muchas, en comparación a lo que era en el pasado, dice otro de los moradores de la calle Antepara.
Los taxistas también son conscientes de la demanda que hay en esta zona. Por eso, al mediodía, se ubican alrededor de cinco taxis a lo largo de esta calle. Si los visitantes buscan transporte público, sobre la avenida Pichincha pueden encontrar esta opción, lo que aporta a consolidar esta zona como turística.
San Blas ha sufrido varias transformaciones a lo largo de la historia. Allí se ubicó un mercado popular que se consumió en un incendio y una biblioteca municipal que fue derrocada, también está la tradicional Plaza Belmonte y el monumento al Hermano Miguel. En una época la plaza fue afectada por la inseguridad, que según los vecinos, poco a poco ha disminuido gracias al nuevo concepto que se está adoptando en este barrio.