Olga Imbaquingo, Corresponsal en Nueva York
En un verano como éste hace 40 años, el hombre llegó a la Luna. Desde entonces la nostalgia de una década que hasta el final se resistió a morir en silencio, los avances tecnológicos y hasta las dudas de esa proeza humana han seguido su curso.
Estos días, todos aquellos que vivieron esa historia alrededor de una televisión en blanco y negro hacen un balance de lo que experimentaron ese tiempo. Astronautas que llegaron hasta el suelo como Edwin “Buzz” Aldrin, ahora cree que hay que poner los ojos en Marte, porque la Luna “ya no es un espacio comercial prometedor”.
Eran tiempos de la Guerra Fría y de la Guerra de Vietnam y Woodstook, el festival de la música y los sueños. Según los entendidos, en ese momento para los políticos más que un asunto científico era una competencia entre Rusia y Estados Unidos para ver quién primero llegaba a la Luna.
Las dudas de que el hombre llegó a la Luna también se convirtieron en otro objeto de la cultura popular. Se han hecho documentales, se han escrito libros, algunos astronautas se han ido a golpes con los que ponen en duda sus proezas frente a las cámaras, mientras la ciencia también ha seguido su rumbo: Internet y las computadoras portátiles le deben a esa época el desarrollo al que hoy han llegado.