Los militares holandeses llevan un ataúd con los restos de una víctima del avión derribado de Malaysia Airlines, en la base aérea de Eindhoven, el 23 de julio de 2014. Foto: AFP
Los primeros cuerpos de las víctimas del vuelo MH17 llegaron el miércoles 23 de julio a Holanda, casi una semana después de que el avión malasio fuera derribado con 298 personas a bordo en una zona controlada por los separatistas del este de Ucrania.
Las campanas resonaron en todas las iglesias del país para acompañar el aterrizaje de los dos aviones con los restos de las primeras víctimas. De las 298 personas a bordo del Boeing de la Malaysia Airlines derribado el pasado jueves, 193 eran holandesas.
Ucrania anunció este miércoles el derribo de dos cazas suyos en la misma zona y afirmó que fueron alcanzados por misiles lanzados desde la vecina Rusia.
Familiares y amigos de las víctimas, el rey y la reina de Holanda y el primer ministro Mark Rutte se encontraban en la pista de aterrizaje para asistir a la llegada del aparato del ejército holandés que transportaba a 16 féretros y del avión australiano con 24 cuerpos.
Los cuerpos comenzaron a ser trasladados, en una larga procesión de coches fúnebres, hacia la base militar de Hilversum, donde empezarán el proceso de identificaciones.
Las banderas de los once países con ciudadanos suyos entre las víctimas estaban a media hasta en el aeropuerto.
En todo el país se guardó un minuto de silencio, durante el cual no despegó ni aterrizó ningún avión en el aeoropuerto de Amsterdam-Schiphol, desde donde salió el vuelo MH17.
Este día es el primero de luto nacional desde la muerte en 1962 de la reina Guillermina, quien reinó durante las dos guerras mundiales.
Cuerpos sin recuperar
Expertos y líderes políticos de varios países han expresado su preocupación por el hecho de que no todo los restos mortales haya sido recuperados de la zona de la catástrofe del Malaysia Airlines.
Según el primer ministro australiano, Tony Abbot, de cuyo país eran ciudadanos 28 de los muertos, numerosos cuerpos podrían seguir “al aire libre” a pleno sol y “sometidos a interferencias y a los estragos del calor y los animales”.
El ministro holandés de Relaciones Exteriores, Frans Timmermans, saldrá de nuevo hacia Ucrania el jueves por la noche, acompañado por su homóloga australiana, Julie Bishop, para abordar con Kiev las modalidades de la “repatriación de los cuerpos y la investigación de la catástrofe”.
Los insurgentes que controlan el lugar solo entregaron una parte de los cuerpos y las dos cajas negras el martes, después de intensas presiones internacionales.
La misión de observación de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) asegura también que todavía hay fragmentos de cuerpos no protegidos en el lugar de la catástrofe y los responsables holandeses solo han confirmado la recepción de 200 cuerpos sobre un total de 298 víctimas.
Las cajas negras llegaron el miércoles a Gran Bretaña para ser analizadas, aunque es poco probable que ayude a identificar el origen del disparo que derribó el aparato.
El presidente ucraniano, Petro Poroshenko, habló el martes por la noche por teléfono con el primer ministro holandés, Mark Rutte.
Holanda propuso enviar en colaboración con Australia y otros países víctimas de la catástrofe “una misión policial bajo la tutela de la ONU ” para preservar el lugar del siniestro, dijo Rutte.