Eduardo Kingman fue uno de los mayores artistas del Ecuador en el siglo XX. Creador de grandes recursos e innovador notable de la plástica, fue también un hombre de vigorosa formación intelectual y posturas progresistas frente a una realidad nacional que su generación no solo interpretó y denunció, sino que contribuyó decisivamente a cambiar con una postura crítica y militante.
Kingman es un artista ampliamente conocido. Pero pocos saben que preparó una Historia Ilustrada del Ecuador con texto e ilustraciones, que ahora ha aparecido reeditada por Libresa con auspicio de Vistazo.
La intención de la obra fue ofrecer una versión de nuestra Historia Patria, accesible a un amplio sector de lectores. Su tono general se inscribe en las tendencias progresistas y radicales de los años treinta y cuarenta. Pero, en la concepción de la historia, la periodización y la metodología, sigue las posturas tradicionales que entonces se mantenían, aun en los círculos de izquierda. Sigue los patrones de interpretación que privilegian la acción de los personajes individuales, como actores fundamentales. Sin embargo, no descuida mencionar los “aspectos sociales” de diversos momentos históricos. Da también enorme importancia al arte y a la cultura.
Kingman valoriza las sociedades indígenas y pone énfasis crítico a la conquista española. También destaca la explotación colonial de los aborígenes. Pero al mismo tiempo aprecia los aspectos positivos de la presencia hispánica, como el desarrollo cultural y la arquitectura. Su visión de la Independencia se inscribe en la tradición heroica y relieva la presencia de los personajes de la guerra. En los inicios de la Época Republicana destaca la acción de los caudillos y las luchas democráticas de entonces.
La verdadera innovación del libro es que utiliza a fondo los recursos gráficos para estructurar su mensaje. Las figuras de los indígenas, por ejemplo, son altas y vigorosas, reflejan seguridad y firmeza. Los líderes patriotas de la independencia expresan la voluntad libertaria y el sentido de una lucha que se transformó en acto fundacional de la República. El artista dedica grandes espacios a la acción del pueblo. Usa su gran capacidad de ilustrador para formular una visión positiva y optimista del Ecuador y su proceso histórico. El autor dejó la obra inconclusa. Por ello, los editores resolvieron completar la Historia hasta nuestros días. Guadalupe Soasti fue encargada de preparar los textos y David Rosero los gráficos.
Los lectores encontrarán interesante la Historia Ilustrada del Ecuador de Kingman como obra de divulgación. Descuidada y hasta despreciada por años, la divulgación es una necesidad de la cultura y la educación. En estos agitados tiempos de globalización, necesitamos reforzar los elementos de nuestra identidad nacional.