La hija de una ecuatoriana se reunirá con el papa Francisco en Nueva York

BENJAMIN, UNO DE LOS ESTUDIANTES QUE ESTARÁ CON EL PAPA.

BENJAMIN, UNO DE LOS ESTUDIANTES QUE ESTARÁ CON EL PAPA.

Benjamin Grassia, que estudia en cuarto grado de la escuela Nuestra Señora de los Ángeles de Nueva York, es otro de los alumnos escogidos para reunirse con el Pontífice. FOTO: DON EMMERT / AFP

Benjamin tiene 9 años y sus padres son argentinos. Emely tiene 8, su mamá es ecuatoriana y su papá dominicano. Sonrientes y tranquilos, son dos de los 24 niños de escuelas católicas de Nueva York que a fines de septiembre se reunirán con el Papa Francisco durante su visita a la Gran Manzana.

“Del Papa sé que es de Argentina y que le gusta San Lorenzo”, dijo  Benjamin Grassia, fanático del fútbol, simpatizante del Barcelona de España y que empieza cuarto grado en la escuela St. Paul de East Harlem, al noreste de Manhattan.

Francisco visitará Estados Unidos a fines de septiembre y pasará en Nueva York la tarde del jueves 24 y todo el viernes 25, con una agenda cargadísima que incluye un discurso en la ONU, una misa en el Madison Square Garden y una ceremonia en el Memorial del 11 de Septiembre.

En su programa, el Sumo Pontífice tiene previsto además visitar la escuela Our Lady Queens of Angels de East Harlem, donde hablará con responsables y 24 niños de cuatro colegios de la Arquidiócesis de Nueva York, así como con menores inmigrantes no acompañados que reciben apoyo de Caridades Católicas.

“Le voy a decir que San Lorenzo es un buen equipo, que ganó la Copa Libertadores”, explica Benjamin, que dice sentirse “más argentino que estadounidense”, al referirse a lo que conversará esa tarde en una de las cuatro mesas preparadas por los organizadores.

Emely Rodriguez, que también asiste a la Escuela Saint Paul de Harlem y comienza tercer grado, también está muy contenta de la visita de Francisco, aunque todavía no sepa qué le dirá.

“Me parece muy bueno poder conocerlo porque en mi familia siempre rezamos mucho. A mi abuela le gusta rezar con nosotros todas las noches cuando vamos a la casa de ella”, dijo.

“No sé todavía qué voy a decirle, pero no estoy nerviosa. Creo que voy a hablar con mi abuela para ver qué puedo decirle”, agrega esta niña a la que le gustan “ las matemáticas y también leer y pintar ” .

“Pinto vestidos. Cuando sea grande me gustaría ser diseñadora”, cuenta con una enorme sonrisa.

“Puerta de salida de la pobreza”

El director de Escuelas de la Arquidiócesis de Nueva York, Timothy McNiff, destacó que el Papa visite un colegio que representa “una puerta de salida de la pobreza para tantos inmigrantes residentes” en la ciudad.

El 64% de los niños que concurren a las 152 escuelas primarias, 13 jardines de infantes, 47 colegios secundarios y 8 de educación especial de la arquidiócesis forman parte de familias que viven por debajo de la línea de pobreza, según McNiff.

El 98% de estos estudiantes ingresa a la universidad, agregó McNiff con orgullo, señalando que el hecho de que Francisco dedique una parte de su agenda a la niñez, la educación y la inmigración “muestra que nuestras prioridades están muy cerca de las suyas”.

Joanna Walsh, responsable de la escuela Our Lady Queens of Angels, afirmó de su lado estar “muy entusiasmada” con una oportunidad que se presenta “una vez en la vida”.

Walsh destacó sobre todo “el modo en el que (el Papa) habla a nuestras mentes y nuestros corazones”.

Encuentro con niño musulmán

Las escuelas católicas de Nueva York aseguran encontrarse entre las que más diversidad tienen en Estados Unidos: el 45% de sus alumnos es de origen blanco, el 29% latinos, el 15% afroestadounidenses y el 5% asiáticos, entre otros.

Además, un 23% no son católicos, una particularidad que quedará en evidencia el 25 de septiembre cuando el Papa encuentre al pequeño Essa Nahshal, de 7 años e hijo de padres yemeníes musulmanes que asiste a la escuela Charles Barromeo, en el norte de Manhattan.

“Quiero hablar con él muchas cosas que no sé de él, como en qué parte de Argentina nació, cuándo nació, en qué año”, afirmó Essa, quien dijo estar “feliz” de la ocasión que tendrá.

“Parece un muy buen tipo. Se preocupa de los sin techo y de la gente”, agregó con conocimiento de causa.

Aleeya Francis, responsable de la escuela donde estudia Essa, contó que otro dos hermanos del niño asisten al mismo colegio.

“La familia quiere una buena educación para sus hijos”, explicó.

“Nosotros no discriminamos. Entendemos y respetamos la fe de cada uno. Esto hace que su familia se sienta cómoda”, concluyó.

Suplementos digitales