Aunque bastante resentida porque no fui tomada en cuenta por Su Majestad como uno de sus posibles sucesores para las elecciones del 2013, esta pobre cobra del desierto ha decidido lanzar sus apuestas.
¿Quién de los ungidos será el reemplazante, pese a que ya sabemos la tristeza criolla por el vacío dejado y la alegría belga por contar con alguien de la realeza sudamericana?
¿Será, acaso, el Corcho, quien como lema de su campaña electoral usará el lema “El único presidente del Congreso que jamás fiscalizó a nadie?”
¿Será, talvez, la Doriz (con zeta, verán, seniores de Corrección), cuya mayor fortaleza en el mandato 2006-2013 ha sido, es y será que no tiene ninguna fortaleza?
¿Será, quizás, el Ricardo Tapiño, héroe de la soberanía nacional, expulsador de embajadoras, protagonista de decenas de weakileaks y líder antiimperialista de los pativideos?
¿Será, posiblemente, la Nata Lichély, modelo de las revistas de farándula, abanderada del pragmatismo, asesora pendular del mahuadismo y el correísmo?
¿O será, probablemente, el mismísimo Su Majestad, quien a última hora se sacrificará por la Revolución, dejará a un lado su promesa de ir a vivir entre belgas y decidirá continuar su inclaudicable labor patriótica de viajar por todo el país y detener en las calles a todo aquel que, a su paso, no agache la cabeza?