Foto de archivo de Guillermo Lasso durante una entrevista con EL COMERCIO. Foto: Archivo EL COMERCIO
Guillermo Lasso Mendoza, el líder del movimiento Creando Oportunidades (Creo), es el único candidato opositor en firme para llegar a la Presidencia en las elecciones del 2017.
Y en función de ese objetivo ha trabajado por al menos cinco años, desde que fue candidato para la Presidencia en el 2013, cuando decidió enfrentar a la revolución ciudadana en su mejor momento político.
En ese tiempo, Rafael Correa se quedó en Carondelet en primera vuelta, pero Lasso consiguió el 22,68% de la votación. Con ese número, junto a su organización que puso 10 legisladores -con poco más de un año de existencia- se vieron como una alternativa de poder y el argumento fundamental para sostenerse como la primera fuerza política de oposición y segunda en el país. Por ello recorre el país para fortalecer Creo y su discurso político que en los últimos meses apuntó a criticar al paquete de enmiendas a la Constitución, al cual denominó ajuste a intereses personales.
Pero a Lasso le perseguirán por su pasado como banquero y sus rivales políticos lo acusarán de ser uno de los causantes del feriado bancario. El oficialismo y la izquierda clásica han recurrido a ello como discurso necesario para desprestigiarle. Y Lasso deberá responder una y otra vez.
Un administrador
Integridad moral, un hombre que toma decisiones escuchando a la gente y con una capacidad de trabajo de 20 horas diarias, son parte de las fortalezas que el asambleísta de Creo, Patricio Donoso, describe de Guillermo Lasso.
Su historia ha sido de superación, nació en una familia de clase media y consiguió un empleo a los 15 años y desde ahí empezó ha forjar su patrimonio que, actualmente, le permite dedicarse de lleno a la política y recorrer el país.
Ya desde el 2012, cuando empezó su postulación, los sectores empresariales mostraron su apoyo, por impulsar el sector productivo del país.
Entonces, el expresidente de la Cámara de Comercio de Quito, Blasco Peñaherrera, dijo que su propuesta tenía afinidad con la visión del gremio. En su equipo hay miembros que han tenido relación con esta área, como César Monge, extitular de la Cámara de Acuacultura.
Movimiento estructurado
Una de las principales oportunidades que tiene Lasso es que es la única cabeza visible de la oposición al régimen correísta. Su compañero de ideología, el concejal Eduardo del Pozo, ve en esa una de las principales ventajas con miras al 2017. Suma a esto el que Creo es un movimiento bien estructurado a nivel de todas las provincias. A su vez, dice, todavía no se ha explotado que el Ecuador necesita un administrador, como lo es Lasso.
El actual titular de la Cámara, Patricio Alarcón, comparte que una de las oportunidades de Lasso es ser el único candidato confirmado de la oposición. A la vez, es una puerta para acercarse a los diferentes sectores de esa tendencia y consolidar un equipo de trabajo. Al mismo tiempo, dice, tiene un nicho entre el sector de la producción porque una de sus posturas es promover la libre empresa. Ha probado ser un buen administrador y sabe cómo crear un negocio sólido.
Una imagen con ataduras
El político guayaquileño ha tratado de posicionarse como el arquetipo “hombre común”, como lo explica Andrés Seminario, analista en marketing político. Sin embargo, está atado a la imagen del “banquero, seguro de sí mismo, distante, poco cercano…”.
Por otro lado, Lasso lleva a cuestas la imagen del feriado bancario, aunque ha argumentado que en 1999 ocupaba el cargo de gobernador del Guayas y que no tuvo relación con la decisión del mandatario de ese entonces, Jamil Mahuad.
Para Patricio Donoso hay una animadversión por una profesión tan respetable como cualquier otra, tanto que 7, 5 millones de ecuatorianos tienen sus ahorros en el banco del que Lasso es accionista. Aun así, para el asambleísta de Pachakutik, César Umajinga, Lasso representa a la derecha que tanto daño le ha hecho al país. En este momento “no es el camino”.
Encuestas no le favorecen
Seminario apunta que las simulaciones de voto lo ponen en un tercer lugar. Otro de los riesgos para Lasso sería que el presidente Rafael Correa vuelva a ser candidato, pese a que ha ratificado que no lo será e incluso presentó una transitoria al paquete de enmiendas a la Constitución, para poner un candado a esta posibilidad en el 2017.
O, a su vez, que el candidato de Alianza País tenga “buenas credenciales públicas” como, por ejemplo, Lenín Moreno. Otras cifras, en cambio, lo colocan en un segundo puesto.
Por ejemplo, según Cedatos, si Lasso hubiera corrido a la Presidencia, en julio de este año, contra Correa, Mauricio Rodas y Jaime Nebot, hubiera alcanzado un 24% de la intención de voto. Para Del Pozo, una amenaza es todo el aparataje del Estado que en las elecciones puede encaminar el resultado, además de “un Consejo Nacional Electoral politizado y con una clara tendencia”.
Los puntos de vista
Andrés Seminario
“Es la única figura visible y le garantiza un espacio público, pero no una base electoral que lo ponga en segunda vuelta”.
Patricio Donoso
“Generó un patrimonio honestamente forjado con trabajo y honestidad. Habiendo nacido en una familia de clase media”.
César Umajinga
“No podemos volver a la época del cierre bancario. Hace tiempo, la derecha no ha podido sacar la cabeza por la ventana”.