El 20 de julio pasado se produjo la muerte de una profesora. Foto: Archivo/ EL COMERCIO
A las 21:00 se comunicó por última vez con su esposo Antonio. Él le dijo que estaba en camino a casa, que iba a tomar un bus desde el cantón Durán hacia el norte de Guayaquil.
Mónica, su esposa, lo esperó toda la noche. Pero las horas transcurrieron y él no aparecía. Le llamó insistentemente sin recibir respuesta. A la medianoche del sábado pasado entró en pánico; estaba segura de que algo malo le había pasado.
Al día siguiente lo buscó en todos los hospitales de Guayaquil sin resultado. Sus familiares le decían que fuera a la morgue. Allí estaba su esposo: había muerto a los 36 años.
Cinco días antes, la Policía registró otro crimen. La víctima era Vicente Marcillo, de 66 años. Él recibió seis impactos de bala en su rostro y tórax cuando salía de su casa. Dos jóvenes, de 24 y 26 años, que lo acompañaban, también fueron heridos. Están hospitalizados y se recuperan del ataque.
Los agentes de la Dirección Nacional de Delitos Contra la Vida (Dinased) investigan estos casos. En total, seis crímenes se registraron únicamente entre el 4 y 12 de diciembre y la violencia atemoriza a los vecinos.
La muerte de Antonio sería aparentemente por un robo. Su esposa dijo que fue drogado para arrebatarle el pago que recibió por una obra, pues era aprendiz de albañil.
Mientras que la muerte de Marcillo la manejan como una posible venganza. Las pistas apuntan a eso. Testigos contaron que dos hombres habían llegado en moto a la casa del adulto mayor. Uno bajó del vehículo y le disparó en el rostro.
Se escucharon 10 detonaciones. Además, el hijo de Vicente dijo que antes ya fue amenazado por un solar que compró.
Otras cuatro personas fueron asesinadas en esa ciudad en las últimas tres semanas.
El uso de motocicletas es lo que más llama la atención a los investigadores. Dos motorizados habrían actuado en el doble crimen de Manuel Rosado, de 55 años, y su hijo Daniel, de 24.
Los testigos vieron que un hombre salió a toda prisa de la casa de las víctimas luego de escucharse los disparos. El hecho ocurrió el 4 de diciembre a las 23:45, en el Guasmo Central.
Otro testigo narró que a pocos metros de la casa distinguió a un segundo sospechoso, que esperaba a bordo de una motocicleta. Los dos desconocidos se embarcaron y huyeron.
William Martínez, jefe de la Dinased del Distrito 8, que comprende Guayaquil, Samborondón y Durán, explica que el uso de las motos no siempre está relacionado con casos de sicariato. De hecho, este año han ocurrido seis crímenes de este tipo en esa ciudad. “Establecemos esa motivación cuando se confirma que existió un pago para realizar la muerte”, dice.
En Guayaquil se han reportado 232 víctimas desde el 1 de enero hasta ayer. Esto significa un crimen cada día y medio.
En el mismo período del 2014 hubo 249 homicidios y asesinatos.
A pesar de que existe una reducción del 6,8%, el oficial cree que el próximo año la cifra se mantendrá igual. “Ya no podemos esperar una reducción amplia por la naturaleza de los crímenes que se dan aquí”, dijo.
El Ministerio del Interior dice que la tasa de muertes violentas se ha reducido en el país. En el caso de Guayaquil señala que este año cerrará con 9,1 homicidios por cada 100 000 habitantes. La Secretaría de Estado señala que la creación de la Dinased ha dado “excelentes resultados” como la resolución del 60% de los homicidios.
Las principales motivaciones son por riñas, venganza y microtráfico por “disputas de territorio entre bandas”.
El miércoles de la semana pasada murió baleado Kevin.
Tenía 19 años y su familia comenta que semanas antes ya había recibido amenazas. Incluso hablaron de tres atentados previos en los que se salvó.
El último ocurrió a las 19:00 del miércoles 9. Esa noche recibió la llamada de una mujer a su celular. Le dijo que saliera un momento de su casa y eso hizo. Su madre estaba con él, en la vivienda ubicada en la cooperativa Nuevo Horizonte, al sur de la urbe. “Ya vengo mamá”, fue lo último que pronunció.
Diez minutos después la llamaron para avisarle que Kevin había sido asesinado a unas ocho cuadras. La madre no sabe por qué lo mataron ni quién llamó a su hijo, pero asegura que tenía problemas con una supuesta banda del sector, que expendía droga en el barrio.
Datos de la Dinased indican que los distritos Sur y Esteros son los más conflictivos de la urbe. “Allí hay bastante presencia de microtráfico ”, dice Martínez. En ese mismo sector se dio la muerte de Cristóbal, un colombiano de 44 años. Recibió un disparo hace 11 días. La familia del hombre no sabe por qué lo mataron.
En contexto
El Ministerio del Interior detalla que los casos de sicariato en el país bajaron en un 16% respecto al 2014. En lo que va de este año se han producido 25 hechos frente a los 30 que hubo el año anterior. El último caso fue en Guayaquil.