Guayaquil busca ‘repoblar’ su centro con dos teatros y un museo

La intersección de la Nueve de Octubre y Pedro Carbo es un cruce obligado para los peatones en el centro de la urbe. Foto: Wladimir Torres / EL COMERCIO

La intersección de la Nueve de Octubre y Pedro Carbo es un cruce obligado para los peatones en el centro de la urbe. Foto: Wladimir Torres / EL COMERCIO

La intersección de la 9 de Octubre y Pedro Carbo es un cruce obligado para los peatones en el centro de la urbe. Foto: Wladimir Torres / EL COMERCIO

Dos teatros, un museo, regeneración urbana y dos proyectos inmobiliarios. Eso está en los planes de iniciativa pública y privada para reactivar el centro de Guayaquil. El propósito, además, es que la zona céntrica sea más habitada.

Ese sector del Puerto Principal vive un escenario similar al de grandes urbes de la región. Durante el día sus calles lucen copadas por la actividad comercial y bancaria. En las noches, desoladas, con poco movimiento de personas.

Dos de los sitios del centro que reflejan ese fenómeno son la conocida Bahía y la calle Panamá. El primer punto atrae en las mañanas y tardes a miles de compradores, el segundo a comensales de la vecina zona bancaria y de otras oficinas.

En las noches pocas personas caminan en las veredas de esas zonas, por lo que es fácil constatar en las vías la basura amontonada en las esquinas, que espera al recolector, luego de la intensa jornada.

En el centro ya se han ejecutado otras obras de regeneración urbana con el objetivo de reactivarlo. Por ejemplo, esos trabajos incluyeron al Cerro Santa Ana, el Barrio Las Peñas, la avenida 9 de Octubre y la Plaza de la Administración. También se han instalado nuevos atractivos en el Malecón 2000, como la noria La Perla, al pie del río Guayas.

A decir de Mauro Pérez, presidente de la Fundación Municipal Guayaquil Siglo XXI, esas obras han ayudado a repoblar el centro. Dijo que hoy el 70% de las edificaciones que dan al río (sin precisar el número) están ocupadas, a diferencia del 25% de hace 15 años.

Son los estudiantes, turistas y matrimonios jóvenes los nuevos vecinos del centro, explicó. “No se los ve en las noches en las calles, pero todas las mañanas se ve al Malecón repleto de personas haciendo deporte. Eso es algo que ahora muchos priorizan”.

Pérez aseguró que un entorno agradable incentiva a que la gente tenga a la zona céntrica como opción para vivir. En ese sentido se regeneró recientemente la sexta y séptima etapa de la Bahía.

Mientras, en la calle Panamá, con gran cantidad de edificaciones patrimoniales, se ampliaron las veredas para darle prioridad al peatón, incentivar comercios, el arte y la cultura, explicó.

En la calle Panamá, en el centro de la ciudad, se desarrollarán proyectos para convertirla en una zona de arte. Foto: Wladimir Torres / EL COMERCIO

En los planes de la Fundación Siglo XXI están dos teatros y un museo que servirán como un imán para los habitantes o quienes aspiren habitar el centro. Está previsto que este mes se suscriban los contratos para ejecución de obras.

El primer museo con concepto popular se ubicará en la calle Tomás Martínez, entre Panamá y Rocafuerte. El segundo será experimental y estará en la esquina de las calles Imbabura y Panamá. Mientras, en el mismo predio se instalará el Museo del Cacao”.

Solange Garcés, decana de la Facultad de Ciencias Económicas, Empresariales y Turismo de la Universidad Ecotec, hizo una similitud con el barrio parisino de Montmartre. Detalló que esos proyectos nacieron como idea de convertir a la calle Panamá en algo similar a esa zona de París, que se caracterizaba por el arte, cultura y bohemia.

Dicha propuesta de teatros y museos en la calle Panamá surgió de la discusión entre el Municipio porteño y el Comité Cívico Pro Centro de Guayaquil, comentó Garcés.

La instalación de restaurantes, cafeterías y panaderías impulsarán el movimiento humano en la zona, especialmente en las noches, como en las grandes ciudades del mundo.

Uno de los negocios que se instaló en la calle Orellana, entre Panamá y Rocafuerte, es la panadería El Mono Goloso. Sus dueños son la francesa Lolita Bruyat y su esposo el canadiense Mathieu Champagne.

El negocio se abrió en septiembre del 2014 y sus propietarios afirmaron que hay una gran acogida de sus “panes con olor francés” entre los vecinos del centro. Esperan que con las nuevas obras lleguen inquilinos a los departamentos que están desocupados en la zona.

A dos cuadras de ahí, la zona rosa de bares y discotecas ha perdido la época de esplendor.

La propuesta de reactivación del centro también podrá tener inversión privada a través de la construcción de edificaciones de departamentos.

En ese sentido, Mauro Pérez recordó que la cadena de origen suizo Swiss Towers, dueña de los hoteles Swissôtel, construirá un proyecto hotelero y de departamentos. El plan consiste en edificar en Malecón y Luzárraga dos torres de 190 metros cada una.

El alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, dijo en días pasados que conocía que ese proyecto retrasó su inicio como consecuencia de la crisis económica.

Mientras, en la calle Imbabura, entre Malecón y Panamá, se edifica el hotel Giardini. Tendrá 19 pisos, 100 habitaciones, 47 suites y departamentos, 96 parqueos, salones de eventos y dos restaurantes.

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