Redacción Guayaquil
Atado con una soga a un poste de luz, Luis Yépez protestó en los alrededores del Mercado Central, en Guayaquil. El comerciante informal pedía al Municipio un espacio para vender su mercadería. “Basta de atropellos, no somos delincuentes”, advertía un cartel colgado sobre su cuerpo.
A sus costados, en carpas, otras 50 personas permanecían acostadas sobre cartones. En una cartulina estaba escrito: “viva la huelga de hambre”, “que se respete el artículo 329, que garantiza el derecho al trabajo”.
Así protestaron ayer los comerciantes informales entre las calles 10 de Agosto y Pío Montúfar. En ese sector céntrico y comercial de la ciudad, la semana pasada se produjeron enfrentamientos entre los vendedores, la Policía Nacional y la Metropolitana.
“Ya no queremos que nos maltraten ni recibir bombas lacrimógenas, solo queremos trabajar”, comentó Yépez.
Su compañera, Johanna Villacreses se declaró en huelga de hambre desde las 22:00 del domingo. Su hija de nueve meses la acompaña desde entonces. “No tengo para comer ni de dónde sacar para mantener a mis cinco hijos. Nos niegan el derecho al trabajo”.
Villacreses vende medias y otras prendas interiores en las calles aledañas al mercado. “Queremos que nos dejen laborar, momentáneamente, aquí hasta que nos digan dónde nos van a reubicar”.
Yolanda Villalba, presidenta de la Asociación 10 de Junio, explicó que la semana pasada conversaron con autoridades municipales. En la cita expusieron sus peticiones. Una de ellas es que los dejen laborar en la zona y ellos se comprometen a mantener el orden y la limpieza.
Además, que están dispuestos a ser reubicados en el mercado de las Cuatro Manzanas, luego que se eliminen las cercas y se facilite la instalación de agencias bancarias y otros negocios.
A través de un comunicado, el Cabildo informó que 1 777 puestos están disponibles en los 28 mercados de la ciudad. “Estos locales cuentan con energía y agua potable, están disponibles para su adjudicación tanto para víveres como para ropa y otros artículos”.
Ayer, en todas las esquinas del mercado, se ubicaron decenas de metropolitanos con cascos y escudos. También vigilaron los miembros de la Policía.