En Guayaquil el incremento del calor, las ligeras lloviznas y los rayos solares afectan a las personal al momento de exponerse al sol. Foto: Juan Carlos Mestanza / El Comercio.
Según el argot popular el fuerte sismo sentido en Guayaquil el pasado martes 9 de diciembre del 2014 es señal de que ya llegó el invierno.
Basta oír hablar del clima en las calles del Puerto Principal para establecer esta relación que más bien es propia de una jerga o de una tradicional forma de vincular ambos aspectos de la naturaleza.
“El temblor y el fuerte calor es señal de que ya estamos en el invierno y que las lluvias empezarán en cualquier momento”, comentó un comensal durante el almuerzo en un restaurante del centro de la urbe.
Pero, el hecho del movimiento telúrico del martes podría ser una mera coincidencia pues las últimas dos semanas una de las características del clima en Guayaquil es el canicular sol y al alta temperatura, combinada a veces con cielo nublado aunque con humedad en el día, y madrugadas con vientos aunque ya no tan fríos como los del verano.
Los termómetros marcan promedios de temperatura entre 31 y 32 grados aunque, como hoy jueves 11 de diciembre, la sensación térmica es de unos 36 grados. Según weather.com el pronóstico en Guayaquil para las 15:00 alcanzará los 33 grados centígrados aunque el promedio del día es 30 grados.
Augusto Cazorla, técnico del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi), explica que existe actualmente un comportamiento muy variado en cuanto a la cobertura de nubosidad sobre la región. “La temperatura máxima se han incrementado hasta los 33 y 34 grados. Esto hace que también en horas de la noche, por ese incremento de la temperatura en la mañana y tarde, con la cobertura nubosa en horas de la noche se incremente la temperatura”.
En Guayaquil el incremento del calor, las ligeras lloviznas y los rayos solares afectan a las personal al momento de exponerse al sol. Foto: Juan Carlos Mestanza / El Comercio.
Por ello, acotó el especialista, está pronosticado para las próximas horas precipitaciones de tipo aisladas en Guayaquil, con una probabilidad del 65 al 70%.
Hace una semana, durante dos días, sobre el Puerto Principal se presentaron tenues lloviznas a la par de que aumentaba la temperatura y la sensación de humedad. Esto se replicó en cantones como Durán, Samborondón, Daule y en la vía Guayaquil-Salinas. Es un reflejo de la etapa de transición de la época seca a la estación lluviosa.
Según Raúl Mejía, Coordinador Regional del Inamhi, diciembre es un mes de transición hacia la estación lluviosa que se estaría iniciando en enero. “Se estima que podría haber lluvias un poco más incrementadas hacia la segunda quincena de diciembre sin que sea todavía generalizada ni de gran intensidad”.
Explicó que la tendencia de los últimos meses ha sido hacia el calentamiento, con temperaturas por sobre los umbrales medios. “Octubre y noviembre se han normalizado. Junio y julio fueron meses donde se vio que la temperatura estaba incrementada en el ambiente y en el océano. Ahora está dentro de sus rangos normales para la época.
Hay una variabilidad climática, con periodos de días o semanas con cielos más despejados donde se incrementa la temperatura pero también con periodos donde hay más presencia de humedad. La temperatura bordea los 31 a 32 grados”.
En las calles porteños y visitantes están cambiando sus hábitos desde los últimos días. Atrás quedó la ropa abrigada para dar paso a vestimenta ligera y cómoda. Además gorras, sombreros y sombrillas son parte del atuendo diario. E incluso una carpeta, un diario o un papel sirven para protegerse de los rayos solares.
En Guayaquil el incremento del calor, las ligeras lloviznas y los rayos solares afectan a las personal al momento de exponerse al sol. Foto: Juan Enrique Pesantes / El Comercio.
Basta recorrer la avenida Nueve de Octubre o el Malecón 2000, sitios de afluencia masiva de personas, para ver que el short, la bermuda y las camisetas son la ropa que más se repite en los caminantes.
Incluso, los sitios de congregación o descanso están alrededor de piletas. En el Malecón, junto al Hemiciclo la Rotonda, una familia completa se posa al pie de una pileta. Una madre carga en sus brazos a un pequeño para tomar agua con su mano y echársela en la cabeza.
Es una imagen que se repite a lo largo de los 2 km del Malecón o en la Plaza Rocafuerte, junto a la iglesia San Francisco; mientras el grito de “agua, agua…”, se replica por doquier por parte de varios comerciantes ambulantes que ofrecen su producto en botellas plásticas. Este negocio se ha incrementado a la par del aumento de la temperatura.
“El sol está fuerte y uno se sofoca mucho caminando. Por ello prefiero usar blusa ligera y falda”, comenta una mujer de unos 35 años de edad en la Plaza Rocafuerte, centro de Guayaquil.
Los portales, característicos de las edificaciones porteñas, ayudan a los caminantes a encontrar sombra y transitar algo más frescos sobre todo al mediodía donde más pegan los rayos solares.