En el programa del primer día de la Cumbre de Río (México) se agendó el almuerzo a las 14:00; todo iba bien, según el estricto plan del protocolo mexicano.
Pero un resonado altercado entre el presidente colombiano Álvaro Uribe y el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, alteró la comida que prometía ser un momento de distracción. Uribe rompió el silencio y le reclamó a su homólogo venezolano el incumplimiento de compromisos comerciales adquiridos por parte de Venezuela, lo que fue interpretado como un “embargo comercial”.
Chávez le devolvió la acusación y empezó la gresca verbal (ver el diálogo completo en el recuadro) . Los jefes de Estado testigos del altercado fueron entre otros, el de Brasil, Luis Ignacio Lula; de República Dominicana, Leonel Fernández; de Cuba, Raúl Castro y el presidente del BID, Luis Alberto Moreno. Luego del roce se e la segunda sesión plenaria.
Según la versión que recoge el diario El Tiempo, el secretario de prensa de la Presidencia colombiana, César Mauricio Velásquez, dio declaraciones a EFE sobre este altercado. Según Velásquez Chávez Chávez dijo que supuestamente unos 300 paramilitares colombianos estaban ingresando a Venezuela para asesinarlo, dando a entender que el Presidente colombiano tenía algo que ver.
Los últimos choques diplomáticos entre Colombia y Venezuela han tenido como trasfondo un acuerdo militar que permite que tropas estadounidenses operen de forma controlada en al menos siete bases militares colombianas. Caracas congeló relaciones diplomáticas con Bogotá en julio.
A las 21:00, Álvaro Uribe salió de la reunión que mantuvo con Rafael Correa y atendió a la prensa internacional. Encontró a ávidos periodistas que pisaban por primera vez el hotel de la Cumbre convertido en búnker.
Finalmente, habló: “Me veo obligado en avisar a los miembros de mi gobierno, y lo he transmitido al ministro de Defensa Gabriel Silva, que no pueden haber declaraciones sobre lo sucedido hoy (lunes) con Venezuela; y menos sin consultar.
Confirmó que tanto Venezuela y Colombia aceptaron cesar las intervenciones públicas que hagan daño. “Lo aceptamos en los términos que lo diga el Grupo de Río”. También puntualizó que se buscará un grupo de países, personalidades e instituciones de confianza de Venezuela y Colombia para que ayuden a superar estas diferencias.
Antes de clausurar la cita, el presidente Felipe Calderón entregó la Presidencia Pro Témpore del Grupo de Río a su homóloga chilena Michelle Bachelet. Anunció también que se nombró al presidente de Brasil Lula Da Silva y al de República Dominicana, Leonel Fernández, para que medien entre las dos naciones que aún no encuentran una tregua.
El Grupo de Río acordó crear el Grupo de Amigos de Venezuela y Colombia para acercar a ambos gobiernos a fin de que puedan “dirimir sus diferencias de manera racional” e intenten normalizar sus relaciones bilaterales.
El canciller colombiano Jaime Bermúdez dijo en Radio Caracol que “lo importante son las discusiones de fondo, lo demás es anecdótico (…), lo que cuenta es que hay un mecanismo para trabajar los temas entre Colombia y Venezuela”. Por su lado, al final de la Cumbre, Chávez afirmó su deseo de volver a tener “relaciones normales” con Colombia basadas en un respeto mutuo. “Bienvenido pues, si él está dispuesto a que nos sentemos”, concluyó.