Gobierno de Nicaragua controla feudo opositor tras operativo que dejó dos fallecidos

Amigos y familiares llevan el ataúd con el cuerpo del estudiante Gerald Velázquez, muerto a tiros durante enfrentamientos con la policía antidisturbios en una iglesia cerca de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN) en Managua, el 16 de julio

Amigos y familiares llevan el ataúd con el cuerpo del estudiante Gerald Velázquez, muerto a tiros durante enfrentamientos con la policía antidisturbios en una iglesia cerca de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN) en Managua, el 16 de julio

Amigos y familiares llevan el ataúd con el cuerpo del estudiante Gerald Velázquez, muerto a tiros durante enfrentamientos con la policía antidisturbios en una iglesia cerca de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN) en Managua, el 16 de julio de 2018. Foto: AFP

Las fuerzas del presidente de Nicaragua Daniel Ortega recuperaron el martes 17 de julio del 2018 el control de la combativa ciudad de Masaya tras un ataque de policías y paramilitares contra el barrio opositor Monimbó que dejó al menos dos muertos.

“Hoy (martes) le tocó a Monimbó, Masaya, que desde ya luce calles liberadas de tranques (bloqueos) donde la gente puede circular libremente” , dijo el gobierno en su sitio web, El 19 Digital.

Tras varias horas de combate y un uso “desmedido de la fuerza” contra los manifestantes, policías y paramilitares tomaron el control de la ciudad, dijo  el secretario de la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPDH) , Álvaro Leiva.

La acción dejó dos muertos, una mujer mayor y un policía, afirmó a la AFP la presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) ,Vilma Núñez.

Los manifestantes reclaman que Ortega deje el poder y desde el comienzo de las protestas en abril han muerto más de 280 personas.

Este martes más de 1 000 hombres fuertemente armados con ametralladoras entraron disparando a mansalva a Masaya, una ciudad de 100.000 habitantes ubicada a 30 km al sur de la capital, indicaron pobladores.

Fue el ataque “más fuerte” que lanzaron contra la ciudad, relató a la AFP el dirigente estudiantil Cristian Fajardo.

Jóvenes del barrio Monimbó dijeron estar dispuestos a morir por una “Nicaragua libre”.

“Si tenemos que morir por nuestra patria, vamos a morir” , expresaron en un video filmado durante los ataques.

“Cacería de gente”

Jóvenes manifestantes con el rostro cubierto con camisetas se defendieron durante horas detrás de las trincheras con piedras y morteros artesanales.

Ráfagas de armas de todo calibre se escucharon por todos lados de Masaya, dijeron testigos.

Indicaron que los paramilitares tomaron el hospital de Masaya para impedir la atención de los heridos.

Luego desataron “una cacería indiscriminada” contra la población, en la que fueron capturadas al menos 40 personas, denunció Núñez.

En medio de los enfrentamientos, el nuncio apostólico en Nicaragua, Stanislaw Waldemar Sommertag, llamó al gobierno y a los opositores a pactar una tregua y dialogar, pero las autoridades no respondieron.

En Estados Unidos, el secretario de Estado adjunto para Asuntos del Hemisferio Occidental, Francisco Palmieri, pidió “ enérgicamente ” a Ortega el fin de la violencia.

“La continua violencia y derramamiento de sangre promovidos por el gobierno en Nicaragua deben cesar inmediatamente. El mundo está observando”, escribió Palmieri en Twitter.

“Operación limpieza” 

La acción de las fuerzas gubernamentales forma parte de la llamada “operación limpieza” que policías y paramilitares iniciaron semanas atrás para desalojar de las calles a los manifestantes que exigen desde la salida del poder de Ortega, un exguerrillero izquierdista de 72 años que gobierna desde 2007.

La policía tiene “el compromiso de limpiar los tranques (bloqueos de vías) a nivel nacional al costo que sea”, dijo horas antes de los ataques el jefe de la policía de Masaya, Ramón Avellán.

La operación de este martes se concentró en Monimbó, donde la población había levantado barricadas de adoquines de hasta dos metros.

Masaya se había declarado en rebeldía contra el gobierno desde que estallaron el 18 de abril las protestas antigubernamentales que reclaman la salida del gobierno de Ortega y su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo.

La pareja presidencial es acusada por sus opositores de instaurar una dictadura que controla todos los poderes del Estado, incluyendo el parlamento, la justicia y el tribunal electoral.

La ciudad de Masaya era el único bastión rebelde que el gobierno no había logrado doblegar en los operativos realizados en las últimas semanas.

“Golpe acabado” 

El secretario de la presidencia nicaragüense, Paul Oquist, aseguró een Bruselas que “el intento de llevar a cabo un golpe de Estado en Nicaragua ya está acabado” y abogó por resolver la crisis mediante el diálogo.

En tanto, la vicepresidenta Murillo celebró el avance en la “liberación” de las ciudades y descalificó a los manifestantes como una “minoría llena de odio”.

En medio de las protestas, el parlamento, controlado por el oficialismo, aprobó el lunes una ley que castiga con 15 a 20 años de prisión el terrorismo.

La tipificación incluye a las personas que cometan actos para “alterar el orden constitucional u obligar a un gobierno o abstenerse de hacerlo” , lo que según la oposición, busca criminalizar las protestas.

La Alta Representante para Asuntos Exteriores de la Unión Europea, Federica Mogherini, pidió a Managua poner “ fin inmediato de la violencia, la represión y las detenciones arbitrarias ” .

Por su lado, la ONU acusó a las autoridades de Nicaragua de graves violaciones a los derechos humanos, y se declaró muy preocupada por la situación de dos representantes del movimiento campesino; Medardo Mairena y Pedro Mena, detenidos el viernes en Managua.

Ambos dirigentes fueron acusados  por la Fiscalía nicaragüense de terrorismo, asesinato e intentar romper el orden constitucional en el marco de las protestas.

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