El Gobierno colombiano y las FARC alcanzaron un nuevo acuerdo de paz que contiene las aportaciones de los sectores contrarios al pacto inicial que fue firmado en septiembre y después rechazado por los colombianos en un plebiscito el 2 de octubre de 2016.
“Atendiendo el clamor de los colombianos por concretar su anhelo de paz y reconciliación hemos alcanzado un nuevo acuerdo final”, señala un comunicado de las partes leído en La Habana, que ha sido sede de los diálogos de paz durante los últimos cuatro años.
El nuevo documento fue firmado por los jefes negociadores del Gobierno, Humberto de la Calle, y la guerrilla, Iván Márquez (alias de Luciano Arango), quienes han encabezado nueve días de intensas reuniones en la capital cubana para alcanzar un nuevo consenso con el fin de “alcanzar una paz estable y duradera”.
La letra del acuerdo “integra cambios, precisiones y aportes de los más diversos sectores de la sociedad y que revisamos uno a uno”, señala el comunicado que fue leído por los embajadores representantes en La Habana de los países garantes del proceso, Cuba y Noruega.
“La construcción de una paz estable y duradera, objetivo al que responde este nuevo Acuerdo, debe ser el compromiso común de todos los colombianos que contribuya a superar la polarización y que recoja todas las expresiones políticas y sociales”, prosigue.
Además, los negociadores invitan “a toda Colombia y a la comunidad internacional, siempre solidaria en la búsqueda de la reconciliación, a acompañar y respaldar” el nuevo pacto “y su pronta implementación para dejar en el pasado la tragedia de la guerra” pues, agrega, “la paz no da más espera”.
Las modificaciones y nuevos elementos que contiene el nuevo documento podrán consultarse a última hora de hoy (12 de noviembre de 2016 en esta página web , aunque el acuerdo completo aún tardará unos días en estar disponible.
Horas antes de que se anunciara el nuevo acuerdo, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, convocó a una reunión “urgente” al expresidente Álvaro Uribe, líder del opositor Centro Democrático, que encabezó la campaña del “no” en el plebiscito para refrendar el acuerdo de paz inicial.
Los expresidentes Andrés Pastrana (1998-2002) y Álvaro Uribe Vélez (2002-2010) son las voces más representativas del “no” y quienes presentaron la semana pasada al presidente Santos un documento con 500 propuestas de modificación, en las que han trabajado estos días los equipos negociadores en La Habana.
El Gobierno de Colombia y las FARC firmaron el pasado 26 de septiembre en Cartagena el acuerdo de paz que cerraron en agosto tras casi cuatro años de negociaciones en La Habana para poner fin al conflicto armado y acabar con la guerrilla más antigua de América.
Sin embargo, la opción de “no” respaldar el texto final del acuerdo ganó en el plebiscito del 2 de octubre, por lo que el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, debió convocar a los detractores para alcanzar un consenso y desatascar el proceso.
Ese sorpresivo revés impidió implementar lo acordado tras casi cuatro años de negociaciones en Cuba, por lo que la guerrilla y el gobierno acordaron mantener el cese al fuego vigente desde agosto y hacer ajustes y cambios al fallido acuerdo a partir de cientos de propuestas de los sectores que votaron en contra del pacto.
“Estamos convencidos de que este documento señala caminos viables y posibles” , para poner fin a un conflicto armado de más de medio siglo que que deja unos 260 000 muertos, casi siete millones de desplazados y unos 45 000 desaparecidos, señaló el jefe negociador del gobierno, Humberto de la Calle.
Destacó que “los ajustes y precisiones que hemos realizado, no sacrifican las convicciones que le dieron forma al primer Acuerdo”.
Por su parte, el principal negociador de la guerrilla, Iván Márquez, dijo que en las negociaciones con el gobierno la organización armada hizo su “mejor esfuerzo por responder a los anhelos de paz y porque “al nuevo acuerdo el único camino que le espera es su implementación”.
De momento, ni el gobierno ni la guerrilla se refirieron al mecanismo de refrendación del nuevo acuerdo de paz.
Los negociadores buscan que las FARC silencien definitivamente los fusiles después de más de cinco décadas, y se conviertan en partido político.
Poco antes de que el gobierno y la guerrilla anunciaran su nuevo acuerdo La Habana, el expresidente colombiano, Álvaro Uribe (2002-2010), quien lidera los sectores que se opusieron a la implementación del pacto anterior, se reunió con el presidente Santos, a quien pidió conocer los textos consensuados para expresar sus observaciones.
“He pedido al Presidente de la República que los textos que anuncian de La Habana no tengan alcance definitivo, que sean puestos en conocimiento de los voceros del No y de las víctimas, quienes los estudiarán en breve tiempo y expondrán cualquier observación o solicitud de modificación”, dijo Uribe al término del encuentro.
También “he insistido al Presidente de la República en la necesidad de un Acuerdo Nacional sobre la paz, que incluya a las instituciones de justicia“, añadió.
Colombia vive un conflicto armado que ha enfrentado durante más de 50 años a guerrillas, paramilitares y agentes de la fuerza pública, dejando unos 260 000 muertos, 45 000 desaparecidos y 6,9 millones de desplazados.