En Ilvem, el grupo de jóvenes a partir de los 15 años recibe técnicas de estudio para mejorar su rendimiento y lectura. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO.
En la ciudad y en los valles hay una variada oferta de actividades extracurriculares dirigidas a los estudiantes. Para los padres, además de ser espacios de formación, son alternativas donde los hijos pueden estar seguros, mientras trabajan.
Debido a esta necesidad, los cursos se ampliaron y cambiaron. Los deportivos, artísticos, de manualidades o de idiomas son los más comunes. Sin embargo, hay otros que llaman la atención. Son los de razonamiento lógico y el ‘brain gym’ o gimnasia cerebral.
Actualmente, lo practican niños desde los 4 años y adolescentes de 18. Se sustenta en enseñar a resolver conflictos personales y educativos.
Hace unos meses, Rosa Ramos, una madre de familia, tenía una preocupación: el tiempo que ocupaba su hijo en las tardes. La rutina de Santiago, su hijo de 7 años era la misma. Llegaba de clases, almorzaba, hacía deberes y a la computadora.
Para esta madre, este ritmo de vida no era positivo. No lo podía controlar por sus obligaciones laborales. Ante esto, buscó un curso para que aprenda técnicas de estudio y ejercicios de razonamiento. Lo halló y le inscribió. “No lo pensé dos veces porque es una ayuda para los padres que laboramos”.
En su caso, optó por Ilvem, en la Rábida y av. Colón. En este centro se realizan ejercicios de lógica y se refuerza la lectura comprensiva por medio de la enseñanza lúdica: bingo de letras, acertijos, laberintos, entre otros. Además, se realizan actividades emocionales como la dinámica ‘un abrazo gratis’.
Mónica Villarroel, directora del centro, cuenta que la tendencia en actividades extracurriculares está en las que ayudan al niño o joven a mejorar su rendimiento personal y académico. El ‘brain gym’ es uno de los más novedosos.
A este centro acuden niños desde los 4 años en adelante. Dayana tiene 13 años y estudia en el Colegio Los Illinizas. Su pasión son los ejercicios de lógica. “Me encanta retar a mi mente y ser más ágil”.
La oferta de estos cursos “diferentes” no se detiene allí. Más al norte, en la av. De los Shyris y pasaje Pasteur está el centro Programas Educativos Integrales (PEI). Aquí se desarrollan las actividades por medio del neuroaprendizaje. El mismo que ayuda a desarrollar las destrezas del alumno. Lo novedoso es que utilizan “en buen sentido” la tecnología: es decir, que usa una planificación previa con objetivos trazados.
En PEI usan tabletas para resolver ejercicios de lógica. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO.
Ricardo Jácome, director del centro, indica que a los jóvenes les atrae estas opciones, ya que pueden razonar y optar por varios caminos para enfrentar nuevos desafíos.
Otra de las alternativas está en los cursos que difunden: esgrima, capoeira, kundalini yoga, go y demás. Los puede encontrar en Mundo Juvenil, en el interior del parque La Carolina. Se reciben niños partir de los 7 años. Los costos oscilan entre USD 30 y 60.
Adicionalmente, se ofertan cursos de inglés y francés. Son los más requeridos. Y en los dos últimos años, el chino-mandarín.
No olvide
Los asistentes que van solos deben cuidar sus pertenencias en la calle y en el bus.
Comunicarse por teléfono con papá, mamá o un familiar al momento de llegar y salir del curso.
Llevar las cosas necesarias en una mochila liviana: un cuaderno, esferos y dinero.
Cuando salga del curso vaya directamente a tomar un bus para ir a sus viviendas.