Jaime Plaza. Desde Galápagos
Insectos como la mosca de la fruta o animales como la rata y otras especies invasoras todavía se filtran con facilidad. Y el arribo de los turistas crece sin freno, pese a que en estos días, sobre todo por la crisis mundial, se vio menos presencia de visitantes en las islas.
Esas dos debilidades hicieron que la Unesco prefiera conservar a Galápagos en la Lista de Patrimonios en Peligro. Incluso la ministra de Ambiente, Marcela Aguiñaga, reconoció que se deben fortalecer esos aspectos. Fue la antesala de los 50 años de la declaratoria como Parque Nacional, que cumplió ayer.
En las oficinas públicas y entre los transeúntes, se encuentra a galapagueños como el comunicador Enrique Ramos que aceptan que es conveniente que las islas sigan en esa categoría, con tal de que sirva para mejorar la conservación natural.
Sin un buen control, sobre todo por vía marítima, las especies invasoras siguen llegando. Por eso cada vez hay más riesgos para aves, animales y plantas nativas, hoy muy frágiles por no estar acostumbrados a competir o al menos a defenderse.
En los poblados es fácil toparse con gatos o perros transitando por las calles. Y cuando estos se introducen en las zonas donde habitan las especies endémicas, se vuelven una real amenaza.
Pero Ramos insiste en que también debe considerarse al ser humano. La voz de Arlette García, nativa de Galápagos, se opaca con el ruido insistente de vehículos en una calle céntrica de Puerto Ayora, mientras cuenta que la falta de agua potable (es salubre y escasa) es un grave problema, incluso para la salud.
A eso se suma que el crecimiento poblacional y el turismo presionan cada vez más por servicios como energía eléctrica, alimentos, agua… y las islas no pueden abastecer la demanda.
Aunque en las entradas a domicilios y oficinas de Puerto Ayora a diario se ven tres tipos de tachos para el reciclaje, en otras urbes como Puerto Villamil la basura es un serio problema, ya que se arroja en un botadero en plena área protegida. Así Galápagos seguirá al menos por dos años más en terapia.
Punto de vista. Fernando Ortiz Q. / Conservación Internacional
‘Hay avances, pero falta por hacer’
Sí se han hecho buenas cosas. Por ejemplo, ahora se trata de aplicar un plan de transporte óptimo de carga que busca disminuir el riesgo de ingreso de especies invasoras. Pero falta atacar en los muelles de embarque en el continente, donde rara vez se hacen los controles, ya que Agrocalidad no tiene un número suficiente de inspectores ni una infraestructura adecuada.
En cuanto al flujo turístico, el PNG está empeñado en aplicar el Sistema de Manejo de Visitantes, un esquema avanzado de control y monitoreo de visitas. Pero ese flujo rebasa el ámbito de los sitios. Por eso este aspecto ya debe ser analizado en los municipios o el Ministerio de Turismo debe fortalecer los controles, hoy muy débiles o no existentes.
Por un tiempo se intentó que vengan menos turistas para reducir el impacto ambiental y que los visitantes que lleguen dejen más recursos en la economía local.
Pero ninguna institución responsable se mueve hacia esa dirección. Incluso el Consejo del Ingala trató de armar un nuevo modelo de desarrollo turístico. Solo se quedó en discusiones bizantinas e intereses personales. Si bien el Gobierno Nacional muestra un liderazgo, a escala local las cosas siguen confusas.