Redacción Cuenca
La Central Hidroeléctrica Mazar es una suerte de benefactor de la Central Hidroeléctrica Paute, que está aguas abajo de la primera en el cauce del río Paute.
El primer beneficio del proyecto Mazar será mantener una reserva de agua para cuando llegue el estiaje al Austro. Con ello, a la Central Paute no le faltará líquido para generar energía.
El volumen total del embalse de la represa de Mazar será de 410 millones de metros cúbicos de agua, mientras Paute tiene 120 millones de metros cúbicos. La longitud que tendrá luego de que se acumule todo el líquido será de unos 31 kilómetros.
Mientras que el nivel máximo normal del embalse del proyecto Mazar será de 2 153 metros sobre el nivel del mar. En Paute es de 1 991 metros.
Según anuncios del ministro de Energía, Esteban Albornoz, Mazar operará a finales de marzo o principios de abril del siguiente año, dependiendo del llenado del embalse.
Ahora, se espera que el caudal del río Paute supere los 130 metros cúbicos por segundo y que el nivel de Amaluza se normalice para cerrar las compuertas de túnel de desvío de Mazar y que el embalse se llene.
Lo previsto por las autoridades era que a mediados de septiembre se pueda iniciar este llenado; sin embargo, el prolongado estiaje no les dejó concretar esta programación.
El segundo beneficio es que Mazar generará energía para el Sistema Nacional Interconectado. Las dos turbinas que ya están instaladas en esta central hidroeléctrica aportarán 160 megavatios/hora.
El tercer aporte es retener sedimentos que llegan al embalse de Paute. En la actualidad, las labores en Mazar están casi listas. La obra física prácticamente está terminada, solo falta un 3%. El área electromecánica tiene un avance del 90%.
El contrato para la construcción de las obras civiles establece que para junio de 2010 debe estar terminado, pero los trabajos se adelantaron seis meses. La edificación estuvo a cargo del consorcio Impregilo-Herdoíza-Crespo y se inició en 2005. Se invierten USD 400 millones financiados por el Estado.