La fuerza del río Vinces rompió un muro y arrasó los cultivos

Redacción GuayaquilDecenas de pobladores del recinto Santa Margarita, parroquia Vernaza del cantón Salitre (Guayas), buscaban ayer la manera de empezar a taponar dos sitios  donde se rompió un muro de contención.Desde la noche del  domingo pasado, el caudal del río Vinces subió y provocó que se abriera un orificio en el muro. En la madrugada del lunes, a poca distancia de allí, la creciente rompió en otro lugar.Ambos orificios suman unos 150 metros que han dejado bajo el agua a extensas zonas de cultivos. Antonio Zamora dice que entre 21 pequeños agricultores perdieron unas 55 ha de arroz, que estaban por ser cosechadas.En su casa, Zamora alberga a 17 personas, todos familiares cuyas casas están bajo el agua producto de la riada. En la zona al menos unas 12 casas están afectadas.Pero el mayor daño lo sufrió Nicolás Carbo. Su vivienda está a punto de irse totalmente con la corriente. Por la fuerza de la crecida, su casa se movió unos ocho metros de su ubicación original.A 20 metros de allí, una casa de cemento de la familia Carbo-Zamora, construida por el Miduvi, está con unos 40 centímetros de agua por encima de su nivel.El jueves, a este recinto -conformado por 37 familias- llegaron brigadas médicas municipales para atender a los damnificados especialmente en lo referente a enfermedades de la piel.Además, el alcalde Francisco León entregó raciones con alimentos y toldos. Y ofreció reparar los muros. Pero hasta las 13:00 de ayer, a la zona aún no llegaban los sacos y la arena que se requieren para taponar los huecos.Luis Almeida, cuya casa fue arrasada por la corriente hace dos años, dijo que en esta ocasión perdió una plantación  de cacao. “Al igual que el resto de los que vivimos por aquí, nos hemos quedado sin trabajo. Lo que más urgente necesitamos es comida”.Él recuerda que en el 2008 la creciente también fue sorpresiva. “Tenía 40 quintales de maíz apilados y listos para venderlos, pero todo se fue con la corriente”.Pero la preocupación de Florencio Marín va mucho más allá. Las tres ha de arroz que tenía sembradas quedaron bajo el agua y perdió unos USD 2 500. “Vamos a reunirnos entre todos para plantear al Banco Nacional de Fomento que nos condone las deudas o plantear alguna solución, pues no tenemos con qué pagar”.

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