Un fuerte decomiso de mantarrayas
Redacción Manta
Un cargamento de tres toneladas de mantarrayas y 300 kilos de tiburón martillo fue detectado en un camión, en Puerto López, en la provincia de Manabí.
Una inspección de rutina por parte del personal de la Subsecretaría de Recursos Pesqueros (SRP) permitió, el jueves por la noche, la detención del automotor, cuyo destino era Manta.
Juan Manuel Cisneros, funcionario del Parque Nacional Machalilla (PNM), informó ayer que el personal del SRP solicitó al conductor del camión las guías de transporte de la mantarraya. La comercialización de esta especie no fue prohibida.
Pero el chofer no tenía ningún documento. Por eso fue retenido todo el cargamento. Este posteriormente fue llevado a Manta para ser almacenado en cuartos fríos, donde reposa como evidencia del delito.
La infracción, según Cisneros, consiste en la venta de tiburón martillo, que es una especie en peligro de extinción.
Jorge Macías, técnico del PNM, comentó que las capturas de mantarrayas se han incrementado. “Tenemos información de que desde el 2009 los pescadores artesanales capturan en abundancia las mantarrayas”, señaló. “Hay pedidos de Perú donde les pagan a buen precio”, añadió.
Según la página www.oceansentry.org, hasta ahora la captura accidental en redes ha sido para este pez la amenaza más significativa. “Son aprovechadas para ayudar a saciar la demanda voraz por la sopa de aleta de tiburón”. Esta especie está considerada como ‘casi amenazada’ en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
Jorge Plúa, un pescador artesanal de Puerto López, ratifica que las mantarrayas muchas veces caen en las redes. “Pagan buen precio en Perú, los comerciantes llevan cargamentos por tierra, van por Huaquillas”.
La temporada más alta de pesca de mantarrayas se registró entre octubre y diciembre del 2009, aunque no se ha revelado cuál fue el volumen de pesca.
Las autoridades de la SRP y de la Marina buscan a las personas que se dedican a la pesca de tiburones.
Los controles en la zona debieran ser más estrictos, señaló Manuel Quijije, un estudiante de biología de Manta.